LOS VINOS
ARGENTINOS QUE MAS SE VENDEN
Pasó la crisis del campo, el "no"
de Cobos, meses con las rutas cortadas, bloqueos en terminales
portuarias y hasta el descalabro producido por la crisis financiera
mundial. Sin embargo, todas estas variables negativas no alcanzaron
para empañar un excelente año para la industria vitivinícola
argentina que, a contramano del mundo, tiene un buen motivo para
descorchar
En efecto, las exportaciones de vinos
embotellados, a granel y mosto, alcanzaron hasta noviembre los
u$s730 M y todo indica que superarán con facilidad, los u$s800 M .
Este dato es significativo ya que implicaría una tasa de
crecimiento, como mínimo, del 25% con respecto a los niveles de
2007.
"Fue un año muy positivo porque estos u$s800 M los habíamos
proyectado a principios de año y, a pesar de todos los conflictos
que tuvimos, no hubo problemas para alcanzarlos", explicó a
iProfesional.com Exequiel Barros, director de Caucasia Wine Thinking.
En la misma línea, José Molina, presidente de la Corporación
Vitivinícola Argentina (Coviar), sostuvo que " la industria
vitivinícola se está organizando muy bien entre sector público y
privado y esto es lo que permitió que las ventas al exterior de
vino, mosto y pasas de uva crezcan de manera sólida".
Barros agregó que "el vino argentino, en comparación con el resto de
sus competidores, aún parte de una base relativamente chica, por lo
tanto le permite mantener tasas de crecimiento importantes . Hay que
tener en cuenta que del total exportado, la participación del vino
embotellado es del 60% y, en comparación con países como Chile y
Australia, es un número bajo. Así que, si bien estamos entre los
mayores exportadores del mundo, todavía estamos lejos de los
principales competidores".
El Malbec "monopoliza" los paladares
A la hora de analizar la performance de los vinos argentinos en el
exterior se destaca el excelente desempeño del vino Malbec, que
comienza a monopolizar el mercado de exportación.
De hecho, mientras que en 2007 esta variedad dominaba el 29% de las
ventas al mundo, en 2008 la participación de este clásico argentino
pasó a casi 38%, una suba del nivel de market share del 31%.
La segunda variedad más elegida por los consumidores del exterior
fue el Cabernet Sauvignon , que ostenta el 13% del mercado de
exportación, 1,5 puntos porcentuales más que el año pasado.
Por último, entre los tres primeros puestos se destaca el genérico
tinto , con casi el 10% del market share.
Las etiquetas líderes
El número de etiquetas también creció de manera sostenida: mientras
que en 2007 las bodegas argentinas colocaron 1.780 marcas distintas,
en lo que va del año ya se superaron las 1.900.
El ranking de vinos embotellados argentinos durante los once
primeros meses del año estuvo liderado por Trapiche, marca del Grupo
Peñaflor.
Este no es un dato casual: la compañía es líder en la elaboración de
vino en la Argentina y es uno de los primeros diez productores a
nivel mundial , con una extensión de 3.000 hectáreas de viñedos
propios.
Peñaflor está integrado, además, por otras por cinco bodegas: El
Esteco, Finca las Moras, Michel Torino/Bodegas La Rosa, Santa Ana y
Andean Viñas, que le permiten liderar el mercado argentino,
participando en todos sus segmentos, así como también en las
exportaciones.
En lo que va del año, Peñaflor logró incorporar diez nuevos mercados
en Africa, Asia y Europa Oriental. Así, hoy en día, tienen
presencia en unos 70 países.
Por su parte, según Caucasia Wine Thinking, el segundo y tercer
puesto corresponden a Alamos y Catena, producidos por Catena Zapata.
Según datos de la bodega, la línea Alamos se lanzó en 1993, como
segunda marca después de Catena, línea conformada por vinos 100%
varietales y uvas procedentes de numerosos lotes de la compañía.
La diferencia está en que para la elaboración del primero se
utilizan los viñedos más jóvenes ubicados en zonas altas de Mendoza,
donde el rendimiento por hectárea es bajo.
Desde la consultora explicaron que el mercado, analizado en relación
a las etiquetas, está muy desconcentrado, ya que estos tres vinos
que están al tope del ránking tan solo acaparan el 8% del market
share del mercado de exportación.
Por último, con respecto a los destinos, considerando los volúmenes,
EE.UU., Canadá y el Reino Unido adquieren el 45% del total exportado
por la Argentina.
La hora del vino argentino en el mundo
Según Barros, "las bodegas tienen que aprovechar este momento porque
los vinos argentinos son una verdadera sensación, principalmente en
EE.UU.".
A la hora de buscar los puntos que diferencian a la producción de
las bodegas locales con las radicadas en Chile -el quinto exportador
mundial, dos puestos por encima de la Argentina-, Barros no dudó al
afirmar que "hay una relación precio-calidad sin igual. Dentro de
los llamados países del nuevo mundo en esta industria, somos los
mejor posicionados en esa ecuación".
En la misma línea, desde Coviar destacaron que " nuestro producto
tiene una relación precio-calidad realmente extraordinaria. Son
vinos cada vez más aceptados".
A la hora de profundizar, Molina sostuvo que "tenemos mayor
diversidad que Chile. Nuestra producción va desde los 600 a los
3.000 metros. Esto nos permite tener una oferta no solamente entre
varietales, sino dentro de los mismos varietales, donde se puede ver
cómo se potencia cada uno de ellos dependiendo de la altura".
" Se podría decir que tenemos un vino para cada consumidor ",
resaltó.
Buenas perspectivas
Desde Caucasia Wine Thinking si bien son cautos, apuestan a mantener
una buena performance a pesar de la compleja coyuntura.
"Estimamos que, a pesar de los problemas mundiales, no se van a
dejar de consumir vinos. Lo que sí va a pasar es que el que pagaba
un precio alto por una botella de Francia, ahora va a comenzar a
apuntar a vinos un poco más económicos pero de buena calidad",
explicó Barros.
De este modo, "aquél que venía pagando u$s30 por una etiqueta
procedente de Europa, va a buscar opciones a u$s15, un nicho donde
los vinos del viejo mundo no tienen peso".
En esto, según el experto, juega a favor también que "en EE.UU. los
vinos chilenos más prestigiosos están ubicados en las gamas altas,
pero en pocas cantidades y no son accesibles para cualquier
consumidor" y de allí, la oferta pasa a una gama de precios medio,
medio-bajo.
"Son vinos prolijos, tomables, pero que no ofrecen sorpresas",
sostuvo Barros, quien agregó que, en síntesis, " es en los productos
argentinos donde los consumidores van a encontrar mejores opciones
para la franja media".
Juan Diego Wasilevsky
(c) iProfesional.com
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