Algunos tips para superar este
momento y para decidir si vale la pena perdonar o no:
1- No preguntes detalles. No conviene meterse en ese terreno, ni
hacerse una imagen mental o auditiva de lo que sucedió.
2- Identificá la causa real del dolor. ¿Te duele el engaño? ¿O hay
otra razón mayor que te genera esta infelicidad? Por ejemplo: sueños
rotos, o que la familia y los amigos se hayan enterado y nos dé
vergüenza.
3- Tratá de hablar. La infidelidad es un síntoma de que algo no
funciona como debería en la relación. ¿Lo hablaste con tu pareja?
¿Hay cosas que pueden cambiar/mejorar para armar algo satisfactorio
para los dos?
4- No intentes olvidar. Es imposible. Sería borrar algo que sucedió
y negar la realidad, lo que nunca trae buenas consecuencias. Si
decidís perdonar, dejá atrás el hecho, sabiendo que existió. Llorá,
hablá con un psicólogo o con tus amigos o familia. Poné un punto
límite, una fecha específica para, a partir de ahí, dejar el pasado
atrás y mirar hacia el futuro con otros ojos.
5- Tené en cuenta que las cosas no volverán a ser como antes. Pueden
llegar a ser peores pero también mejores. Hay casos de personas que
luego del episodio se dieron cuenta del valor del otro, de sus
sentimientos reales, y pueden sostener buenos vínculos. Otras
prefieren dar vuelta la hoja y marcharse.
6- Evitá los rencores. La infidelidad es una espina clavada que
causa una herida imborrable. No vale la pena quedarse en el
resentimiento ni en el “por qué a mí”. Sólo te dañará y no te
permitirá sacarte esa espina para avanzar hacia la dirección que
desees.
7-Si perdonás, hacelo desde el corazón. Tiene que ser al 100%, los
perdones a medias no sirven. Además, te conviene dejar en claro que
será solo UNA vez, que no habrá lugar para engaños a repetición. Te
merecés todo el respeto del mundo y volver a tolerar algo semejante
es la puerta abierta a que se transforme en un hábito de la pareja.
Fuente:
http://www.entremujeres.com