COMO CRECEN LAS
PLANTAS
Después de
más de un siglo de saber de su existencia, y de décadas de conocer
su función, la ciencia finalmente ha descifrado el mecanismo de
acción de un grupo de hormonas vegetales: las auxinas.
.Fueron las
primeras hormonas descubiertas en vegetales. Algunas de las
experiencias iniciales sobre estas sustancias reguladoras del
crecimiento fueron llevadas a cabo por Charles Darwin y su hijo
Francis, y fueron dadas a conocer en el libro The Power of Movement
in Plants ("La capacidad del movimiento en las plantas"), publicado
en 1881.
Pero fue recién en 1926 cuando el holandés Frits Went pudo demostrar
efectivamente su existencia, mediante un sencillo experimento: cortó
la punta del tallo a varias plántulas de avena recién brotadas del
suelo y observó que, después del corte, se interrumpía su
crecimiento. Luego, colocó los ápices cortados sobre láminas de agar
(un gel nutritivo), y aguardó una hora. Finalmente, comprobó que si
colocaba en la punta de las plantas decapitadas un fragmento del
agar que había estado en contacto con los ápices cortados, se
reanudaba su desarrollo. Así, concluyó que en la punta de las
plántulas de avena existía una sustancia que había difundido hacia
el agar, y que era la responsable del crecimiento del vegetal.
La estructura química de la primera auxina fue develada en la década
de 1930, y corresponde al ácido 3-indolacético, comúnmente llamado
ácido indolacético o AIA.
Se sabe
El nombre auxina —que proviene del griego, y significa "crecer"— es
dado a un grupo de compuestos que regulan tanto la división como el
crecimiento y la diferenciación celular. El AIA es la forma natural
predominante pero, también, existe una gran cantidad de auxinas
sintéticas de amplia aplicación en la agricultura.
Se las clasifica como fitohormonas (hormonas vegetales) pues, de
manera similar a lo que ocurre con sus homónimas del reino animal,
son sustancias orgánicas producidas en determinadas partes de la
planta, que "viajan" hacia otra región del vegetal donde, a muy
bajas concentraciones, provocan una respuesta fisiológica. Desde
hace tiempo se sabe que las auxinas están involucradas en procesos
muy importantes, tales como la elongación celular, el crecimiento de
los tallos, la formación de raíces, la floración, el desarrollo del
fruto, la caída de las hojas, y el envejecimiento, entre otros.
También desde hace tiempo, se conoce cómo y dónde se producen estas
sustancias, de qué manera se transportan a través de la planta, y
cómo entran en las células para cumplir su función.
Pero lo que hasta ahora no se había determinado con precisión es qué
hacen las auxinas en el interior celular para provocar sus variados
efectos fisiológicos.
Por fin se supo
Que la respuesta a este interrogante se esperaba desde hace mucho
tiempo, no cabe duda, si se considera el hecho de que en una misma
edición de Nature, una de las más prestigiosas revistas científicas,
se publican simultáneamente dos trabajos en los cuales se contesta a
la pregunta centenaria sobre el mecanismo de acción de las auxinas.
Por un lado, investigadores de la estadounidense Universidad de
Indiana y, por el otro, expertos de Inglaterra y de Suecia, proponen
una misma explicación para al fenómeno.
Los científicos han descubierto que la auxina penetra en el núcleo
celular y, una vez allí, se une a una proteína (TIR1) que forma
parte de un complejo mayor llamado SCF(TIR1). Ahora unidas, ambas
moléculas se unen a su vez a una tercera proteína —cuya función es
reprimir la expresión de un grupo particular de genes relacionados
con el crecimiento— y la destruyen. De esta manera, la unión de la
auxina al complejo SCF(TIR1) hace que esos genes puedan expresarse
y, en consecuencia, que se estimule el crecimiento celular.
Lo que queda por saber
El hallazgo de un nuevo tipo de receptor de auxinas (hasta ahora se
conocía otra proteína llamada ABP1 que también se une a estos
reguladores del crecimiento pero con funciones poco claras) no sólo
abre el camino a futuros estudios en fisiología vegetal. "También
podría ayudar a entender mecanismos de acción de proteínas
relacionadas en animales e, incluso, en humanos", explica Mercedes
Rivero Pérez, investigadora del Departamento de Fisiología, Biología
Molecular y Celular de esta Facultad.
Por otro lado, y considerando que las auxinas tienen múltiples
aplicaciones en agricultura, "haber desentrañado su mecanismo de
acción haría posible diseñar moléculas sintéticas más eficientes que
las que se utilizan actualmente", añade Rivero.
"Debemos concluir, por tanto, que cuando las plántulas son expuestas
libremente a una luz lateral se transmite cierta influencia desde la
parte superior a la parte inferior, que obliga a la planta a
encorvarse", escribían en 1881 Charles Darwin y su hijo Francis,
mientras estudiaban el efecto de la iluminación sobre el crecimiento
de plántulas de alpiste. Entonces no podían imaginar que llevaría
más de un siglo dilucidar el mecanismo molecular que provoca ese
fenómeno
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