Córdoba: dramático mensaje de una
chica que fue violada
Una estudiante
universitaria de 20 años que vivió el infierno de una violación,
envió ayer a varios medios un mensaje por mail en el que da consejos
a otras jóvenes para evitar que les pase lo mismo.
La chica, de la que no se difunde su identidad para protegerla, fue
víctima de un violador serial que, en los últimos dos años, atacó a
32 jóvenes en la zona de la Ciudad Universitaria y que tiene
desorientada a la Policía. "No anden solas, no se descuiden, no
se confíen —ruega en su carta—. El tipo está suelto, sabe
exactamente lo que hace, cómo hablarte".
"Tenemos que estar preparadas. Si alguien nos llama de atrás, o
nos pone una mano en el hombro o nos agarra, la única forma de zafar
es gritando. Tirándose al piso. Abrazando a alguien que ande por
ahí. Metiéndose en un negocio o simplemente corriendo. No te olvides
que el tipo agarra a las víctimas en lugares públicos, donde si
reaccionás rápidamente, no sólo te podés escapar, sino que lo pueden
agarrar. Por si no te sale el grito, como a mí, llevá un silbato. No
podrás gritar, pero sí soplar. Y no caminés sola de noche, es
preferible que tomés un remís", enumera luego.
A lo largo de su escrito, la joven responsabiliza a la Policía por
su "inoperancia" y desliza la posibilidad de que se trate de alguien
de esa fuerza o algún otro organismo de seguridad: "El violador
serial está suelto y lo va a seguir estando porque goza de algún
tipo de inmunidad o privilegio", acusó. Y explicó que el hombre
que la atacó "me hizo separar las piernas y me palpó, como te
palpa la Policía antes de entrar a un recital de Los Piojos o de la
Bersuit".
Luego la joven describe, paso a paso, lo que le ocurrió en la noche
del sábado 28 de agosto: "Quedamos con unas amigas que
salíamos... me bañé, me cambié, me pinté y salí caminando para la
casa de las chicas como a la una de la mañana. Había un montón de
gente en la calle" (en el barrio de Nueva Córdoba, que se puede
comparar con el barrio Norte porteño). "Entonces me di cuenta
que venía alguien atrás mío. Era un tipo. Me dijo algo y cuando me
quiero dar vuelta, me dice que no le mire la cara porque me iba a
cortar entera".
La chica cuenta que estaba a sólo 20 metros de la casa de sus
amigas, cuando el hombre le pasó la mano por el hombro, como
abrazándola. "Me dijo que no me asustara, que no me iba a hacer
nada, que lo único que quería era que lo acompañara a la Terminal
(de ómnibus) para zafar de la Policía". Aterrorizada y
cuidándose de no mirarlo, caminó con él más de 15 cuadras. Siempre
hablándole con voz firme, el hombre la llevó a un baldío donde hay
unos viejos molinos. "Ahí me dijo que no gritara porque no me
iba a escuchar nadie... me puso el sweater que yo tenía puesto en la
cabeza... me palpó... Fue lo más denigrante, espantoso y humillante
que me tocó vivir", escribió.
Y aconseja: "No anden solas, no se descuiden, no se confíen. El
tipo está en Nueva Córdoba y anda suelto... Sabe cómo hablarte, cómo
convencerte. Me imagino que pensarán ¿por qué no saliste corriendo?,
es que en ese momento no pude reaccionar", se lamenta.
La chica abrió una dirección de correo electrónico:
podemoshaceralgo@hotmail.com "por si tenés un dato para
aportar o alguna sugerencia". Para ella, después del dolor, parece
haber llegado la hora de la lucha.
Fuente: CLARIN.COM
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