Existen una serie de frases de transmisión oral y popular, cuyos principales transmisores son nuestras madres. Frases que algún día se dijeron para que un niño acabara su comida o que se basaron en alguna creencia desmentida más tarde por la medicina moderna, y que hoy en día se siguen utilizando.
“No tires el agüilla del yogur, que ahí está todo lo bueno.”
No se encuentra en los yogures naturales, su procedencia es completamente industrial. El líquido es fruto de la diferencia térmica del proceso de producción. Aunque en el se concentran proteinas, no es una cantidad muy importante en comparación con las del resto del yogurt.
Tómate el zumo de naranja recién exprimido, que se le van todas las vitaminas.
A no ser que tarde más de 24 horas o que hiervas el zumo a una temperatura de 120º C antes de tomártelo, puedes estar tranquilo. El zumo conservará sus saludables propiedades.
No puedes bañarte hasta que no hagas las dos horas de digestión.
Los cortes de digestión los provocan los cambios bruscos de temperatura y son más propensos a ellos las personas mayores. Con no zambullirse en la piscina de golpe es más que suficiente.
Debatible, pero la verdadera razón es que los padres prefieren una siesta tranquila, no vigilar a los niños.
Ponle una cucharilla de café a la botella de champán para que no se le vayan las burbujas.
Es una leyenda urbana tan popular que en 1995 el Centro Interprofesional de los Vinos de Champaña quiso experimentarlo. Y efectivamente… era falso. Si no quieres que se vaya el gas pon un tapón hermético.
No veas la televisión tan cerca o te quedarás ciego.
La respuesta a esta frase la tienes ahora mismo, delante de tu pc o teléfono y aun con visión.
Si te tragas un chicle se te pegará en el estómago y puede que tengan que operarte para sacarlo.
Como mucho pasará 20 horas dentro del estómago y luego… fuera. Lo que tu cuerpo no pueda digerir saldrá con el resto.
Deja de crujirte los huesos de los dedos de las manos o de mayor tendrás artritis.
El líquido sinovial que se encuentra entre las articulaciones contiene aire, y al crujirnos los dedos ese aire cambia de lugar. Ni provoca artritis ni se te caerán las manos.
Si te afeitas, te crecerá el pelo más fuerte, duro y grueso.
Al afeitarnos cortamos el pelo, no lo arrancamos. Cuanto más corto es el pelo más sensación de dureza tiene. Si crees que esto es cierto, déjalo crecer un poco más y compruébalo.
¡Ojalá! La calvicie no existiría entonces.
Come zanahorias que es bueno para la vista.
Aunque tu alimentación se basara exclusivamente en zanahorias, no conseguirías mejorar tu visión. La zanahoria contiene betacarotenos saludables, igual que cientos de alimentos. Pero no tienen ninguna relación directa con la vista.
¡No te pongas bizco que te puede dar un aire y te quedarás así!
Los ojos no se “dan de si” por mirar demasiado. Como mucho te puedes acarrear dolor de cuello al forzar la mirada hacia una muchacha o muchacho situado fuera de tu campo de visión con una postura incómoda. Si tus ojos tienen a juntarse, visita a tu médico.
Fuente: experiensense vía microsiervos