El 20 de septiembre de 2020. Es el día que, según la NASA, el área metropolitana de Los Ángeles, de 20 millones de habitantes, recibirá el impacto de un asteroide. Según los expertos, no hay tiempo material para evitar la tragedia ni para desviar la trayectoria del cuerpo celeste. El impacto sobre la urbe de una roca de 100 a 250 metros de diámetro a la velocidad con que lo hará será devastador.
Es solo un escenario con que trabaja la NASA, según publica en su sitio web. El meteorito es ficticio, pero con él la NASA y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) de EE.UU. se entrenan para hacer frente a una posible catástrofe. Desde la agencia admiten que la probabilidad real de que se produzca es «muy baja», pero si ocurre tendrá «muy graves consecuencias».
De acuerdo con el escenario descrito, en otoño del año en curso los astrónomos descubren un asteroide cuya probabilidad de impactar sobre la superficie de nuestro planeta es del 2%. Posteriormente, en mayo de 2017 este porcentaje se eleva hasta el 100% y solo en noviembre de 2017 se determina el lugar del impacto (una franja a lo largo del sur de California o en la propia costa del océano Pacífico). Debido al escaso tiempo que queda antes de que se produzca la tragedia, no puede hacerse nada para impedirla.
Preparación para el impacto
Además, los científicos han elaborado varios modelos para estudiar cómo sería el impacto del asteroide en la Tierra y cómo el choque afectaría a las infraestructuras. Además, han realizado estimaciones sobre el desplazamiento de población que acarrearía.
Los implicados en los ensayos han buscado la forma de proporcionar información «precisa, oportuna y útil» a la población y la forma de hacer frente a una oleada de rumores e informaciones falsas en torno del teórico impacto.
«El alto grado de incertidumbre inicial junto con un tiempo relativamente largo de advertencia hacen este escenario único y especialmente difícil para los administradores de emergencias», remarcó Leviticus A. Lewis, director del Servicio de Coordinación de Respuesta Nacional del FEMA. «Es muy diferente a la preparación para un evento con una línea de tiempo mucho más corta, como el caso de un huracán», precisó.