Un matrimonio se mudó a Tandil y creó una tienda que vende en exclusiva el famoso producto argentino. Tienen 60 variedades y algunas curiosas. Las franquicias, el siguiente paso.
Joaquín Garau
jgarau@apertura.com
@JoacoGarau
El amigo que llega de Tandil, tras una escapada de fin de semana, es abordado por la pregunta obvia: ¿Trajiste salamines? Pero un emprendedor está intentando cambiar el interrogante y que pase a ser: ¿Trajiste dulce de leche?
Federico Filip creó junto a su esposa, Luciana López, El Mundo del Dulce de Leche, un emprendimiento que reúne 60 variedades diferentes del famoso invento argentino. El local de 100 metros cuadrados, ubicado en el centro de Tandil –reconocida por su calidad en salames y su piedra movediza- cuenta con dulces de leche que pocas veces se vieron en supermercados.
“Con mi mujer dijimos: ‘No hay un local temático sobre el tema´. Lo pensamos y le dimos para adelante y así hicimos un local donde un fanático del dulce de leche se encuentre cómodo”, explicó Filip en diálogo con Apertura.com y contó: “Hay desde marcas chicas hasta los productos de las grandes empresas, incluso ganadoras de concursos. Por ejemplo, hay marcas no conocidas, como La Juanita, que es de un pueblo llamado De la Canal; Granja Suiza, que es de Misiones; y hasta uno hecho con leche de cabra”. Según parece, los fundamentalistas del dulce de leche están de fiesta, porque de las 60 marcas presentes, “sólo 4 ó 5 son las que están en los supermercados”.
Quiero probar. El local abrió a mediados de marzo tras una inversión de $ 150 mil, donde el grueso del dinero fue destinado a la mercadería. “La idea es ir rotando para que los clientes conozcan a las nuevas marcas”, resaltó el emprendedor que, si bien es porteño, se instaló hace cuatro años en tierras tandilenses.
Docente y de profesión Ingeniero Industrial, detalló que los visitantes a su negocio tienen “15 dulces de leche para degustar” y que, su target, excede a los tandilenses. “El emprendimiento funcionó muy bien a nivel local como también para los turistas. La gente de Tandil lo adoptó como un lugar de regalo para cuando viaja a visitar otros lugares”, contó el emprendedor.
La degustación no es un tema menor, ya que los dulces de leche, como si fueran vinos, tiene diferentes texturas, consistencias, gustos y brillos. “Si está hecho con leche de cabra lo hace cambiar y es muy liquido y mucho más fuerte. Pero también los hay con otros con agregados: con nuez, con café, con vino, almendra, a la menta, a la naranja, para diabéticos (se endulza con stevia), y para celíacos”, enumeró el emprendedor.
Mientras tanto, Filip destacó que, además de tanto dulce de leche para comer, vende “productos que no se comen”. “Tenemos tazas, remeras, llaveros, calcos, imanes, cremas… todo relacionado al dulce de leche”, narró.
La idea, nacida de una reunión de amigos donde durante un buen rato los invitados jugaron a degustar distintos tipos de dulce de leche, se expandirá bajo el sistema de franquicias, siendo la Ciudad de Buenos Aires el primer punto de ventas a abrirse.
Así, los porteños amantes del dulce de leche tendrán un lugar para venerar al famoso invento made in Argentina, sólo deberán llevar su propia cuchara, porque variedades sobran.
Fuente > http://www.apertura.com