Instagram ofrece a sus usuarios la posibilidad de personalizar el algoritmo del feed.
Instagram, la popular red social, ha iniciado pruebas para que los usuarios puedan adaptar el algoritmo a su gusto, brindando un control sin precedentes sobre el contenido que aparece en su feed.
Adam Mosseri, CEO de Instagram, comunicó esta novedad a través de su cuenta en Threads, enfatizando que la meta es «dar a las personas más control sobre su experiencia» en la plataforma.
Personaliza tu contenido: ajusta el algoritmo
Esta nueva función permitirá a los usuarios editar, agregar o quitar temas de interés, modificando así las sugerencias basadas en sus preferencias. Anteriormente, el algoritmo operaba de manera automática, guiándose por las interacciones pasadas y el tiempo de visualización.
Cambios y herramientas nuevas
Con la actualización, cada usuario podrá decidir activamente qué contenido desea ver y qué prefiere evitar. Esta herramienta agrega una capa de intervención directa al proceso de recomendación.
La nueva función permitirá a los usuarios elegir qué desean ver.
Por el momento, esta característica está en fase de prueba para un grupo limitado de usuarios, pero se espera su expansión en las próximas semanas.
Un paso hacia la transparencia
Según Mosseri, esta iniciativa responde a un creciente pedido de transparencia y autonomía en el uso de plataformas digitales. En un entorno donde los algoritmos influyen en el consumo de información y entretenimiento, ofrecer esta opción es un avance significativo.
Además de permitir la personalización, los usuarios contarán con la opción de reiniciar su historial de recomendaciones, lo que facilitará una «limpieza» del algoritmo si las sugerencias ya no se alinean con sus intereses actuales. Esto es especialmente útil para aquellos que han cambiado de hábitos o preferencias y desean que su experiencia se ajuste a su nueva realidad.
El anuncio ha sido bien recibido por expertos en tecnología y privacidad, quienes valoran este movimiento como un avance hacia interacciones más éticas y centradas en el usuario. También se interpreta como una respuesta a la creciente presión regulatoria en Europa y Estados Unidos, donde se demanda mayor claridad sobre el funcionamiento de los algoritmos y su impacto en el bienestar de los usuarios.
