La comunidad de La Boca, uno de los barrios más icónicos de Buenos Aires, se enfrenta a la incertidumbre por la posible venta del Playón, un terreno esencial para la vida social y deportiva del lugar. Ubicado en la intersección de las calles General Aráoz de Lamadrid y Del Valle Iberlucea, a pocos metros de Caminito, este espacio ha sido un refugio para los jóvenes del barrio.

Movilizaciones para Proteger el Playón

Ante la situación, grupos como La Boca Resiste y Propone, junto con el FC Playón, que agrupa a jóvenes futbolistas locales, se preparan para una marcha. Este evento, programado para el sábado, comenzará en el Puente Trasbordador y concluirá en la esquina donde se encuentra el Playón. Su objetivo es exigir claridad sobre la situación de este lugar emblemático.

Un Espacio con Historia

Desde su recuperación tras un devastador incendio en los años 90, el Playón ha funcionado como un club social y deportivo donde más de un centenar de niños y adolescentes se forman en el fútbol. A lo largo de 30 años, este lugar también ha sido sede para prácticas de murga y diversas actividades culturales.

Inquietud por Iniciativas Inmobiliarias

Los rumores sobre un interés empresarial por desarrollar un nuevo proyecto en el área, dentro del llamado «Distrito de las Artes», han aumentado las preocupaciones de los vecinos. “El Playón es un espacio crucial que mantiene a los chicos del barrio activos y alejados de la calle”, expresó Fabián Cabrera, entrenador del FC Playón y vecino desde hace más de cuatro décadas.

¿Una Venta Inminente?

Cabrera compartió detalles sobre una oferta de 650 mil dólares de la firma Antúnez Vega, que pretende vender el terreno. “Nos dijeron que lo compráramos. Pero, ¿de dónde sacaríamos esa suma?”, lamenta. Un signo de alarma estalló cuando, repentinamente, se enteraron de que el sitio había sido vendido. Hasta la fecha, no se ha presentado documentación que respalde esta transacción.

Peticiones a las Autoridades

A pesar de la incertidumbre, los vecinos continúan firmes en su lucha. Solicitan la formación de una mesa de diálogo con el Gobierno de la Ciudad y los nuevos propietarios. “Queremos defender el Playón como un patrimonio cultural, un espacio abierto a todos, como ha sido durante los últimos 35 años”, añade Cabrera.

La expectativa de la comunidad se centra en asegurar que el Playón siga siendo un lugar de encuentro y formación para las próximas generaciones, lejos de intereses puramente comerciales.