Javier Milei, cuyo referente es Murray Rothbard, defiende abiertamente que el cierre de empresas es un proceso natural y, en muchos casos, beneficioso para la economía. Rothbard, en su obra El hombre, la economía y el Estado, afirmaba que las pérdidas empresariales son esenciales para el funcionamiento del mercado. Según él, cuando una empresa no puede cubrir sus costos, es un reflejo de que los recursos deben ser utilizados de otra manera, lo que convierte la quiebra en un mecanismo de corrección económica, no en un fracaso.

La Perspectiva de Rothbard: Un Enfoque de Aprendizaje

Desde una postura anarcocapitalista, Rothbard veía la quiebra no como un desastre, sino como una oportunidad de aprendizaje crucial para el desarrollo nacional. Para él, la pérdida de empleos, aunque dolorosa, era un daño menor que permitía la reasignación saludable de recursos. Esta ideología implica un rechazo absoluto a la intervención estatal en la economía, pues cualquier intento de salvataje solo interfiere con el flujo natural del mercado y evita que los recursos sean asignados a actividades más valoradas por los consumidores.

Milei aplica la teoría en el contexto argentino

Recientemente, en un evento de El Cronista Comercial, Milei reiteró esta filosofía. Contrario a las advertencias sobre el desempleo provocadas por la apertura económica, el presidente expresó que, si un sector quiebra a favor de importaciones de mejor calidad y precio, el ahorro generado se destina a otros usos productivos, lo que, según él, no resulta en una pérdida neta de empleo.

Sin embargo, la realidad es diferente. Desde el inicio de su administración, Argentina ha visto una significativa reducción en la cantidad de trabajadores registrados, con un descenso de más de 276,600 puestos de trabajo. Un reciente informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) destaca que el empleo formal cayó un 2,81%, equivalentes a más de 432 puestos perdidos diarios.

Impacto en el Tejido Empresarial

La crisis se ha evidenciado con el cierre de miles de empresas en el país. Entre noviembre de 2023 y agosto de 2025, el número de compañías registradas pasó de 512,357 a 493,193, lo que da cuenta de una media de casi 30 cierre diarios. La falta de actividad también ha afectado sectores clave como la construcción y la industria manufacturera, que han reportado pérdidas de empleos significativas.

Señales de Alarma en el Sector Industrial

La última encuesta de la Unión Industrial Argentina (UIA) muestra un panorama alarmante. Indicadores de actividad, empleo y abastecimiento han retrocedido considerablemente. Un 40,3% de las empresas han visto disminuir su producción, y la mayoría de los sectores analizados han enfrentado caídas en comparación con períodos anteriores.

El Análisis de Ha-Joon Chang y sus Implicaciones

El economista Ha-Joon Chang, en su obra Cómo se destruyen industrias nacionales y qué significa para un país, argumenta que los países en desarrollo, al abrirse prematuramente al comercio global, pueden desindustrializarse y perder empleos. Su análisis es relevante para entender el contexto actual en Argentina, donde se aplican medidas que podrían llevar a un ‘industricidio’ a gran escala.

Chang advierte sobre los efectos destructivos que puede tener una liberalización comercial inadecuada, así como la eliminación de empresas estatales y la apertura indiscriminada de mercados, lo que empuja a los sectores más vulnerables a la dependencia de importaciones y a una economía primarizada.

El Futuro del Trabajo en Argentina

A pesar de las alarmantes cifras de desempleo y cierre de empresas, el gobierno de Milei parece seguir impulsando reformas laborales sin atender la necesidad de reactivar el empleo. Para él, el cierre de empresas representa una oportunidad más que un problema, reflejando así una visión económica polarizada que promete profundizar las divisiones en la sociedad argentina.