El líder del cartel Los Urabeños, Henry de Jesús López Londoño, alias “Mi Sangre”, habló desde su confinamiento en el penal de Ezeiza. Quiere ayudar al país con “trabajo social” para detener el creciente problema del narcotráfico. Está preso desde octubre de 2012 y cumple una huelga de hambre.
El detenido líder del cartel Los Urabeños, el colombiano Henry de Jesús López Londoño, alias «Mi Sangre», manifestó su anhelo de hacer «trabajo social» en barrios marginales de Argentina y brindar su «experiencia» para ayudar a combatir el narcotráfico, problemática que aquí, analizó, «sin dejar de ser alarmante, es un juego de muñecas».
López Londoño pidió no «politizar» el tema del narcotráfico en el país: «Está que la Corte, la Iglesia y los medios se pronuncien, pero esto no va a cambiar porque venga otro gobierno. Si comparamos Argentina al resto de Latinoamérica, es el país que mejor está».
«El narcotráfico acá está en pañales. Sin dejar de ser alarmante, es un juego de muñecas», sostuvo el colombiano, arrestado en octubre de 2012 y que desde el sábado cumple una huelga de hambre en el penal de Ezeiza.
López Londoño lleva adelante esa medida en protesta por el trato de parte del Servicio Penitenciario y lo que considera el agravamiento de sus condiciones de detención.
En una entrevista que hoy publica el matutino Perfil, el colombiano volvió a proclamar su inocencia y habló de su lucha por no ser extraditado a los Estados Unidos: «Deseo regalarle mis días a los argentinos haciendo trabajo social en los barrios. Sueño con traer esa experiencia para ayudar a Argentina»», subrayó.
En rigor, en estos días, el juez Sebastián Ramos, a quien denunció por «incumplimiento de los deberes de funcionario público», deberá decidir el pedido de extradición a Estados Unidos, donde se lo acusa de haber ingresado más de tres mil kilos de cocaína.
«Están intentando quebrarme psicológicamente para que decida irme. Están asfixiándome. Hace casi 17 meses, se me trasladó a un pabellón restrictivo, sin ventilación ni luz, porque dijeron que mi vida corría peligro. Pero me dan sólo una hora por día para salir al sol», aseguró en el reportaje.
El detenido añadió: «En noviembre del año pasado, cuando debía realizarse el juicio por extradición, me decomisaron todos los pantalones largos, como si quisieran ridiculizarme en Tribunales. Hace siete meses que estoy solo. Temo morir envenenado».
Consultado hasta cuándo extenderá la medida, López Londoño dijo que su intención es «seguir hasta las últimas consecuencias».
«Pido que se respete mi derecho a réplica. No quieren que hable de mi vida ni del proceso judicial, cuando el Gobierno me expuso de una manera inconstitucional», remarcó.
Al insistir en declararse inocente, «Mi Sangre» argumentó: «El gobierno colombiano me persigue desde hace una década. En derecho las gané todas, pero no gané la batalla mediática. Ellos tienen a los medios, y yo sólo una tarjeta de diez pesos para defenderme».
«Me quieren callar. Conozco a miembros del gobierno que participaron en las autodefensas. Intentaron asesinarme primero. Como no funcionó, ahora me presentan como un narcocriminal», agregó.
Al preguntársele por qué eligió la Argentina para esconderse, el colombiano resaltó que éste es «un país con buena calidad de vida y de paz, conocido por darle abrigo al refugiado. Me gustaría -subrayó- quedarme a vivir».
Interrogado sobre si tiene miedo de ser extraditado, respondió: «Me armaron causas en Estados Unidos, ¿qué cree que me puede pasar allá? No voy a tener siquiera la oportunidad de defenderme».