Una mujer revela su aterradora experiencia con un depredador de citas online
Nadia, quien conoció a Christopher Harkins a través de Tinder, decidió compartir su historia de amenazas y abuso tras una breve cita que la marcó durante años. Su relato destaca la falta de atención policial ante las denuncias previas.
La primera señal de alerta
Nadia fue a recoger a Harkins a su apartamento, encontrándose con un lugar vacío y desordenado. Cuando él le sugirió quedarse en casa y pedir comida, la incomodidad comenzó a crecer. A pesar de sus instintos de alejamiento, Nadia optó por entrar y compartir una bebida.
Sin embargo, al rechazar el vodka y servirse una soda, notó un cambio en el comportamiento de Harkins, quien se mostró furioso por el accidente de derramar su bebida. Esto llevó a una confrontación que hizo que Nadia temiera por su seguridad y decidiera irse.
“Pensé que ahí terminaba todo, pero empeoró mucho”, comenta Nadia, reflexionando sobre el impacto que esos 20 minutos tuvieron en su vida.
El acoso comenzó
Harkins no tomó bien el rechazo y comenzó a acosarla con mensajes amenazantes. Desde insultos hasta amenazas de violencia directa, Nadia vivió una situación de terror que afectó severamente su salud mental.
“Recibí mensajes terribles. Me decían que era fea, gorda, una impostora”, relata, añadiendo que el bombardeo de hostigamientos la dejó devastada.
Ignorancia policial
Al día siguiente de su encuentro, Nadia acudió a la policía con pruebas de las amenazas, pero le informaron que no podían ayudarla. “No había amenazas directas”, le dijeron, dejándola sintiéndose impotente.
“Si hubieran tomado en serio mi denuncia, podrían haber evitado que muchas otras mujeres sufrieran”, afirma, reafirmando su frustración con el sistema que falló al proteger a las víctimas.
El impacto prolongado
A pesar de bloquearlo, Harkins continuó acosándola a través de amigos mutuos durante más de un año. Con el tiempo, Nadia encontró la fuerza para reconstruir su vida, pero el trauma dejó secuelas profundas que aún siente.
“Si no hubiera tenido a mi hija, no sé qué hubiera hecho”, confiesa, recordando cómo el estado mental en que se encontraba la llevó a un punto crítico.
Consecuencias para Harkins
Finalmente, Harkins fue condenado a 12 años de prisión por múltiples delitos, revelando un patrón de abuso y fraude que afectó a al menos diez mujeres. Las denuncias iniciales sobre su comportamiento no se tomaron en serio, lo que llevó a más víctimas a sufrir antes de que se iniciara la investigación adecuada.
La voz de las víctimas
Hoy, Nadia y otras mujeres que padecieron situaciones similares exigen una disculpa a la policía por no haber actuado con la urgencia necesaria en ese momento. “Deberían haberse dado cuenta de que había un patrón, muchas de nosotras intentamos denunciar”, aclara.
A pesar de las heridas, Nadia ha logrado resetear su vida. “Soy una persona más fuerte. Ahora sé no ignorar las señales de alerta”, concluye, compartiendo su historia en la esperanza de que inspire a otros a alzar su voz.
