Bashar al-Assad, quien abandonó Damasco el 8 de diciembre de 2024 tras la caída de su régimen a manos del gobierno interino de Ahmed al-Sharaa, vive en Moscú con severas limitaciones. Según diversas fuentes, sus movimientos están controlados y sus apariciones públicas están prohibidas.

Un Escape Sorprendente

Desde su salida, al-Assad ha mantenido un silencio casi total, limitándose a una declaración realizada el 16 de diciembre, donde aseguró que su fuga «no había sido planeada» y que su intención era continuar la lucha. Sin embargo, Rusia insistió en su «retirada inmediata». A pesar de las promesas de un regreso, su voz ha sido escuchada poco desde entonces.

La Vida en Moscú

Según el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, al-Assad y su familia han sido acogidos en Moscú por razones humanitarias. Sin embargo, las condiciones impuestas son estrictas: al-Assad debe evitar cualquier actividad mediática o política. Esta situación fue confirmada por el embajador ruso en Irak, quien detalló los términos de su asilo.

Problemas de Salud y Protección Estricta

En septiembre, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos reportó que al-Assad estuvo hospitalizado en estado crítico tras un presunto envenenamiento. No obstante, Lavrov desestimó estos informes, asegurando que al-Assad no enfrenta problemas de salud en Moscú. Su protección es sumamente rigurosa y sus interacciones públicas son prácticamente inexistentes.

Desafíos Familiares y Cuidados Médicos

La esposa de al-Assad, Asma, ha enfrentado problemas serios de salud, siendo diagnosticada con leucemia en mayo de 2024. A pesar de su lucha anterior contra el cáncer de mama, la situación actual ha llevado a informes que indican una probabilidad de supervivencia del 50%. En consecuencia, se encuentra en aislamiento en un hospital moscovita.

Estilo de Vida Lujoso y Actividades Cotidianas

Se dice que al-Assad reside en un área moderna y lujosa de Moscú, aunque la ubicación exacta sigue sin confirmarse. Reportes indican que posee varias propiedades y que pasa gran parte de su tiempo en actividades como videojuegos, bajo la supervisión de un equipo de seguridad privado financiado por el gobierno ruso.

Un Patrimonio Controvertido

Según estimaciones del Departamento de Estado de EE. UU., la riqueza familiar de al-Assad oscila entre mil y dos mil millones de dólares, acumulada a través de diversas actividades ilegales en Siria. A pesar de los esfuerzos del gobierno transitorio para lograr su extradición, Rusia ha rechazado esta petición, sosteniendo que el presidente Putin le otorgó asilo y no tiene intenciones de revocar esa decisión.