El desarrollo del mundo como lo conocemos hoy en día, nos ha dado mucho que decir. La evolución constante de la comunicación, la tecnología y lo que nos rodea, nos ha permitido ver y no ver, diversos aspectos que consideramos son de vital importancia para el desenvolvimiento sano del ser humano.
Las diversas relaciones sociales, hoy en día, se ha visto afectadas por una pandemia que hasta ahora, apenas deja divisar destellos de querer dejar en paz a la humanidad. Sin embargo sigue siendo un sueño que más lejos que cerca está de cumplirse.
En este sentido, el desarrollo del mundo tal y como lo habíamos visto, ha tomado otro rumbo. La tecnología y la comunicación a través de las diversas redes sociales, ha permitido la comunicación a distancia y el manejo de información de manera informal. Ya las ventas, las relaciones, las compras, las amistades y todo lo que esto conlleva se maneja a distancia ahora más que nunca, es por ello que surge una pregunta ¿nos estamos acercando? O nos estamos alejando cada día más.
Si bien es cierto, la tecnología y las diversas redes han permitido que nos mantengamos en contacto, también es cierto que el encierro en una pantalla muchas veces no resulta del todo beneficioso para las personas. La empatía el contacto físico y las conversaciones directas, abiertas o personales han pasado a un segundo plano a raíz de esta pandemia que actualmente nos está perturbando nuestra paz.
¿Es posible que exista justicia en todo esto?
Si bien sabemos que el contacto, las relaciones, las amistades y la sociabilidad son aspectos fundamentales del ser humano, lo que creíamos que era cierto y verdadero, ahora juzgamos y criticamos. Lo que antes era visto como necesario, ahora se visualiza desde otro prisma, las relaciones pasaron a ser imperativas y necesarias, pero desde el punto de vista tecnológico. Es decir, mientras más personas me visualicen por las redes, sin importar si son conocidas o no, es mejor visto por la sociedad actual.
Saber de la vida de los demás a través de lo que publican o dan a conocer pasó a ser más importante que una conversación personal donde cuentes de tu vida o simplemente disfrutes de los placeres que otorga la existencia.
Muchos jóvenes en la actualidad, demandan justicia frente a la opinión pública de la sociedad; exigen en muchos casos les sea tomado en cuenta a la hora de emitir cualquier comentario. Estar atentos a los pasos que se dan por las redes pasó a ser más importante para un adolescente que cualquier otra cosa en el mundo.
La empatía se mide por la cantidad de seguidores; la justicia se toma por la cantidad de visitas que se tienen en el perfil y el amor se cuantifica de acuerdo a la cantidad de “me gusta” que tiene una imagen o comentario. Hemos dejado de lado lo que hacer al hombre, hombre y a la mujer, mujer.
Pero ¿esto tendrá fin en algún momento? Pues pareciera que no; la llegada de este virus a la sociedad, enfatizó las raíces cibernéticas y desarrollo aún más el apego del ser humano por la tecnología. Se deja ver como es más importante poder tener un dispositivo inteligente que lograr una comunicación sana de forma personal.
Lo más preocupante del caso es que todos vamos en la misma dirección; guiados por una mano invisible que nos “arrea” sin que siquiera nos demos cuenta de lo que en realidad está sucediendo. Solo queda esperar a que luego de esta pandemia, las personas recuerdes lo que significa la empatía, hacer justicia al título de hombre o mujer (ser humano) y tomar un buen café en compañía de alguien especial, o compartir un momento agradable junto a personas que consideramos importantes.