Durante una entrevista en Canal E, el economista Pablo Ferrari expuso su visión sobre la reciente disminución de las retenciones impuesta por el Gobierno. Aunque la medida ofrece un alivio puntual al sector agroexportador, su fin principal es esencialmente fiscal y cambiario.

Un Alivio Marginal en un Contexto Complicado

Ferrari señaló que la decisión de bajar las retenciones no fue impulsada por una necesidad sectorial, sino por el apremio de la administración: “el Gobierno necesita seguir acumulando dólares, aunque sea con pequeñas medidas”, subrayó. A su vez, recordó que las reservas del país rondan los 15.000 millones de dólares negativos, lo que hace que cada ingreso de divisas sea crucial.

Mejoras Relativas para el Agro

Desde el punto de vista agropecuario, incluso una leve disminución puede resultar positiva, ya que mejora el tipo de cambio efectivo: “al bajar de 26 a 24, se reciben más pesos por dólar; se traduce en un tipo de cambio más alto”, explicó. Esto actúa como un mecanismo indirecto para aumentar la rentabilidad sectorial sin tocar el tipo de cambio oficial.

Presión Cambiaria y Desafíos Estructurales

Ferrari también destacó que el Gobierno está intentando equilibrar varias fuentes de ingreso de divisas. Con la emisión de bonos y fracasos en financiamiento externo, hay una presión creciente de fondos internacionales que exigen un dólar más elevado. “Es necesario evaluar la sostenibilidad del tipo de cambio actual”, advirtió, a la luz de una inflación aún elevada.

Restricciones: Un Obstáculo Persistente

En cuanto a las consecuencias de la política cambiaria, Ferrari apuntó hacia las restricciones presentes para las empresas: “el control de cambios no afecta a las personas físicas, pero sí a las jurídicas”, lo cual complica la repatriación de utilidades. Esta dinámica limita cualquier intento de liberalización más profunda al destacar que “el flujo de dólares no cubre todas las propuestas planteadas”.

Impacto Fiscal y el Ciclo Agrícola en el Horizonte

Cuando se le preguntó sobre los 600 millones de dólares que volverían al sector agrícola gracias a la baja de retenciones, Ferrari fue cauteloso: “no creo que sea una cifra significativa; no son tiempos propicios para grandes liquidaciones”. A su juicio, la verdadera discusión se dará en marzo, con el inicio del nuevo ciclo de cosecha y vencimientos importantes para el Gobierno.

Inflación y Reformas en el Horizonte

El economista también relacionó el contexto cambiario con la inflación, observando que con un incremento del 2% mensual y un tipo de cambio cercano a los $1.500, el tipo de cambio real se ve deteriorado. Esta discrepancia, según él, “se corregirá de alguna manera el próximo año”, impulsada por los sectores que mantienen al Gobierno.

En relación a las futuras reformas tributarias que se enviarán al Congreso, advirtió sobre los riesgos fiscales: “la reducción de aportes patronales podría agravar el sistema previsional”, concluyó. Cualquier modificación deberá considerar su impacto a largo plazo en cuanto a recaudación y sustentabilidad del sistema.