Salud ratificó su compromiso en la reducción de la mortalidad infantil y materna

El Ministerio de Salud ratificó su «compromiso de extender el modelo de atención de Maternidades Seguras y Centradas en la Familia en el contexto de una serie de iniciativas que en los últimos años permitieron lograr una fuerte reducción en las tasas de mortalidad infantil y materna en el país». Para alcanzar ese objetivo, la cartera sanitaria nacional explicó que focalizó sus esfuerzos «en la capacitación e idoneidad de los recursos humanos y en la disponibilidad de insumos e infraestructura según el nivel de riesgo que requiera cada parto atendido en el sector público, con procesos de regionalización de la atención materno-neonatal». En un Parto Respetado o Humanizado “se respeta a los protagonistas y se los acompaña en decisiones seguras e informadas sobre este evento vital de la familia”, subrayó el viceministro de Salud, Jaime Lazovski, e indicó que tal concepto es parte esencial del Plan para la Reducción de la Mortalidad Materno Infantil, de la Mujer y Adolescentes vigente desde 2009. “Hay una regionalización que supone el desarrollo de un sistema de salud materno y neonatal coordinado sobre la base de las necesidades de la población. Esta política es motivo de periódicas reuniones de evaluación y seguimiento, como la de marzo pasado, en la que participaron 150 responsables de hospitales y de centros de Atención Primaria de la Salud de todas las jurisdicciones del país para coordinar estrategias de trabajo a futuro y compartir experiencias”, agregó la funcionaria. En 2012, la tasa de mortalidad materna se ubicó en 3,5 fallecimientos por cada 10.000 nacidos vivos, aunque la información preliminar del año pasado “es muy alentadora, porque se estima que hubo un descenso a 2,5 muertes por 10.000 nacidos vivos, lo cual pone al país cada vez más cerca de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio» fijados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), apuntó. Con respecto a la mortalidad infantil, Lazovski señaló que «solamente en la última década se ha registrado un descenso del 34%”, hasta alcanzar la tasa de 11,1 por mil nacidos vivos registrada en 2012. Por su parte, la directora Nacional de Maternidad e Infancia, Ana Speranza, señaló “la importancia de que la mujer pueda dar a luz acompañada por una persona de su elección”. “Está ampliamente demostrado que este acompañamiento desencadena mecanismos fisiológicos que facilitan el parto e incide favorablemente, inclusive, en la reducción efectiva de la tasa de cesáreas”, subrayó. Speranza aseguró que la cartera sanitaria promueve “una cultura organizacional que reconoce a los padres y a la familia, junto al equipo de salud, como protagonistas de la atención de la mujer embarazada, la madre y el recién nacido, además de definir la seguridad de la atención como una de sus prioridades”. En este sentido, explicó que se trabaja permanentemente a favor de la calidad de los controles clínicos de la madre y su bebé desde el primer trimestre del nacimiento. Indicó que durante esas consultas “se desarrollan diferentes acciones que se orientan a la detección oportuna del alto riesgo obstétrico, es decir, condiciones que exigen la derivación a un consultorio especial para el seguimiento del embarazo y a una institución especial para el parto”. «Esto supone la articulación de los distintos niveles de atención y en el desarrollo de redes perinatales con el fin de garantizar la salud de la madre y de su bebé», puntualizó la cartera. La funcionaria recordó que durante el parto y mientras permanezca en la maternidad, toda mujer tiene derecho a: – Ser tratada con respeto y garanticen su intimidad. – Estar acompañada por la persona que elija. – Ser informada sobre la evolución del parto, las distintas intervenciones médicas entre las que puede optar y sobre la salud de su bebé. – Ser aconsejada sobre los beneficios de la lactancia y recibir el apoyo que necesita para amamantar. – Tener a su bebé a su lado.