En una reciente entrevista con Canal E, la periodista económica Eugenia Muzio detalló cómo el aumento de importaciones está transformando la estructura productiva de Argentina. Este fenómeno ha generado un cambio en el comportamiento de empresas que antes se centraban en la producción local.

El crecimiento de las importaciones de productos de consumo ha sido notable, con un incremento del 70% en nuevas empresas importadoras en comparación con hace dos años. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina, se registró un récord de USD 8.300 millones en importaciones de bienes de consumo entre enero y septiembre de este año, el mayor volumen desde 2004.

Nueva Estrategia Empresarial: Importar en lugar de Producir

El dato más sorprendente, según Muzio, es que muchas de estas empresas no son nuevas en el mercado. “Están comenzando a importar productos que antes fabricaban en el país”, explicó. Ejemplos destacados incluyen a Carrefour, Ferrero Argentina, Walmart, Bonafide y Colosina, que ahora traen productos terminados que previamente adquirían de proveedores locales, abarcando desde aceites y panificados hasta electrodomésticos.

Motivos Detrás del Aumento en Importaciones

Según Muzio, el principal motor de este cambio es la reducción de costos. “Es más económico importar que comprar a proveedores locales”, afirmó. Las empresas del sector de consumo masivo han enfrentado dos años de importantes pérdidas de rentabilidad, lo que ha llevado a muchas a recurrir a las importaciones para mantener márgenes de ganancias y evitar pérdidas en ventas.

Además, esta tendencia se acompaña de una búsqueda de diversidad en la oferta de productos en los supermercados. “Desean mostrar una mayor variedad, lo que explica la llegada de nuevos productos que antes no estaban disponibles”, añadió Muzio.

Implicaciones para la Economía Local

Cuando se le preguntó si este fenómeno es positivo para Argentina, Muzio ofreció una respuesta matizada. “Para el negocio puede ser beneficioso al reducir costos y potencialmente abaratar precios al consumidor”, indicó. Por ejemplo, en el sector de electrodomésticos, esto podría representar una ventaja para los consumidores, sobre todo si hay opciones de financiamiento.

No obstante, el impacto en la industria local es preocupante. “La producción doméstica enfrenta un momento muy difícil, con una caída en el consumo y una capacidad ociosa superior al 50%”, advirtió. La competencia internacional, principalmente de países como China, pone en jaque a los fabricantes argentinos, quienes luchan para igualar costos, lo que puede resultar en cierres de empresas y pérdida de empleos.

El problema se agrava cuando una empresa comienza importando insumos, luego productos terminados, y finalmente una marca extranjera desplaza a la industria local. Muzio señala que “son situaciones sin regulación clara, y el escenario es más complejo de lo que parece al categorizarlo como bueno o malo”.