«Sergio Martínez es un boxeador mejor que Miguel Cotto», fueron las palabras de Julio César Chávez, gloria mexicana y padre del ex campeón al que «Maravilla» le arrebató el trono. El triunfo de Javier Maciel y el nocaut de Andy Lee, que trajo el recuerdo de la victoria sobre Paul Williams, alimentaron la carga emotiva en una nueva presentación del quilmeño.
La decisión de la organización de enviar a Miguel Cotto primero al cuadrilátero, predispuso de otra manera al puertorriqueño, a quien no le gustó nada dicha iniciativa. En cambio, la música de Calle 13 acompañando la salida del argentino significó un momento aparte para el actual campeón del mundo.
El espectáculo comenzó de la manera que se esperaba. El retador se adueñó del centro del ring, tiró todo lo que tenía a su alcance, y provocó que el bonaerense cayera tres veces a la lona en el primer round. La izquierda fue la herramienta mejor empleada por Cotto, frente a un «Maravilla» deslucido.
La estrategia de pelear a distancia en el segundo asalto mejoró las condiciones para Martínez, aunque la superioridad continuaba siendo de su adversario. Las rodilleras y el pantalón que vistió el argentino lo perjudicaron sensiblemente.
en esta instancia pudo observarse una leve mejoría del defensor del título.
En el cuarto capítulo se estableció una pausa en las pretensiones del centroamericano, y disminuyó la intensidad de su ofensiva. De todos modos, su izquierda seguía lastimando al quilmeño.
Si bien en el quinto asalto el campeón defensor decidió arriesgar un poco más de lo que venía mostrando, sus intentos se desvanecieron en la defensa de Cotto, quien de contragolpe continuó dañando el físico del argentino.
En el sexto, «Maravilla» siguió con la estrategia de pelear más suelto, pero el que tenía el control del combate era el puertorriqueño. Sin dudas, «Junito» mostró mejores argumentos para quedarse con el pleito.
En la segunda mitad del combate, el argentino buscó a través de su derecha, pero los ganchos del retador llegaban con más potencia. La labor de piernas que hizo el boricua fue fundamental para dominar las acciones en el Madison Square Garden.
El octavo round mostró nuevamente la vulnerabilidad de Sergio Martínez, y la idea del nocaut comenzaba a ser la única posibilidad de retener el título, ya que si la victoria no llegaba por la vía rápida, las tarjetas iban a favorecer al puertorriqueño.
En el noveno asalto la historia se volvió a repetir, y las dificultades del argentino atentaron contra la promesa que había hecho Martínez: Cotto a la lona y la defensa consumada. Los ojos hinchados de «Maravilla» y sus movimientos tambaleantes anticipaban el principio del fin.
La decisión de Pablo Sarmiento, de retirar a su boxeador antes del inicio del décimo capítulo fue una muestra de sensatez, dado que la derrota ya estaba planteada. «Él es mi amigo, mi hermano, sabía que sus rodillas no estaban respondiendo en los últimos asaltos y por eso preferí que no salga al ring», fue la justificación del entrenador. Naturalmente, el esfuerzo no fue suficiente para retener un cetro, que ahora le pertenece a Cotto.
Por Fernando Taveira – ftaveira@infobae.com