El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo en su discurso semanal que «como comandante en jefe no permitiré que Estados Unidos sea arrastrado a otra guerra en Irak».
«Las tropas norteamericanas no volverán a combatir en Irak porque no hay una solución militar estadounidense a la crisis»,
agregó.
Aunque Obama afirmó que había autorizado los bombardeos en Irak para proteger al personal estadounidense que se encuentra en la ciudad de Erbil (norte). «Y, si es necesario, seguiremos haciéndolo», declaró.
El mandatario también autorizó un «esfuerzo humanitario» para ayudar a los civiles desplazados en el Monte Sinjar en el norte de Irak, ante el avance de los yihadistas.
Miles de yazidíes, una minoría kurdohablante, huyeron de sus hogares cuando el grupo yihadista Estado Islámico (EI) arrebató las fuerzas kurdas el control de la ciudad iraquí de Sinjar (noroeste).
«Los miles – tal vez decenas de miles – de hombres, mujeres y niños iraquíes que huyeron hacia la montaña están muriendo de hambre y de sed. Los alimentos y el agua lanzados desde el aire los ayudará a sobrevivir», dijo Obama.
El viernes el Pentágono anunció que Estados Unidos realizó un nuevo lanzamiento de alimentos y agua a las poblaciones en el norte de Irak.
«También he autorizado los ataques aéreos dirigidos para ayudar a las fuerzas iraquíes a romper el asedio y rescatar a estas familias», añadió.
El viernes fuerzas estadounidenses también realizaron nuevos ataques aéreos contra el Estado Islámico en el norte de Irak, que permitieron «eliminar terroristas», según indicó el Pentágono.
Es la primera vez que Estados Unidos se involucra en Irak desde que retiró sus tropas en 2011.