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sábado, noviembre 23, 2024
Silvia D'auro dijo un disparate de sus hijas adoptivas

Silvia D’auro dijo un disparate de sus hijas adoptivas

En medio de la polémica, Silvia D’Auro continúa hablando mal de Rocío y Morena, las hijas que tiene con Jorge Rial. Mientras el conductor aseguró que una de las menores pidió que la familia se vaya del país por las escandalosas declaraciones que hizo su madre, la empresaria contraatacó. «Yo hace mucho tiempo que vengo viendo que esto pasa porque yo no dejo de ir al colegio para ver el estado de mis hijas. Que yo no me pueda acercar a ellas no quiere decir que no haga un control, de la manera que puedo, sé las faltan que tienen, las materias que deben, Morena el año pasado se quedó libre por faltas. Yo lo que le pido al Tribunales que arme una carpeta con el antes y el después», comenzó la empresaria, según publica Terra «Él se fue de casa diciendo que yo era la mejor madre del mundo, que yo era fantástica, divina y de repente me encuentro con que pasé a ser la peor de todas. Nunca me voy a olvidar es que él me pidió que no lo pusiera en contra de las chicas», aseguró sobre la repercusión de la separación con el periodista. «Yo le dije que jamás haría eso porque soy hija de padres separados y sé lo que duele y lo que se siente. Tuve que cerrar la puerta de mi cuarto por miedo a que me lastimaran, tuve que cerrar los placares porque Morena me robaba la ropa», aseguró. «Los chicos adoptivos tienen como una historia que como creen que fueron robados, que tiene que ver un poco con el tema de los desaparecidos, tienen una tendencia a robar. Robar plata, robar cosas, esconder las cosas. Porque sienten que fue lo que hicieron con ellos», continuó. «Ellas vivían conmigo y teníamos la rutina de comer e irse a dormir temprano para ir al colegio al otro día. Cuando él vuelve de Nueva York, me dicen que quieren ir a verlo y yo les dije que volvieran temprano. Eran las nueve de la noche y me llamó mi abogado para decirme que no iban a volver. Me pidió que fuera al cuarto de ellas a revisar sus placares y estaban vacíos. Se habían llevado toda la ropa y no volvieron nunca más», finalizó.

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