En Argentina hay una «una alarmante tendencia en pleno crecimiento» de abusos sexuales grupales a chicas en fiestas, según denunciaron especialistas en delitos contra la integridad sexual de las personas. El caso del crimen de la adolescente Melina Romero, quien de acuerdo a la investigación judicial fue asesinada cuando se negó a mantener relaciones grupales, resulta también paradigmático en Argentina de un drama que padecen muchísimas jóvenes, violentadas y abusadas en ambientes de encuentros y en las denominadas fiestas. Para los especialistas en delitos contra la integridad sexual de las personas, en nuestro país hay una «alarmante tendencia, en pleno crecimiento, que tiene a chicas que resultan abusadas en estas fiestas por varones que no respetan sus cuerpos y menos sus decisiones». Así lo afirmó al Diario Popular el abogado Andrés Bonicalzi, que integra la Asociación Víctimas de Violaciones (AVIVI), precisando que «durante los viernes y sábados se concentra el 80% de los llamados pidiendo ayuda o asistencia por violaciones, y en su mayoría las víctimas son chicas violentadas sexualmente por grupos de varones». María Elena Leuzzi, titular de la entidad, con muchos años de trabajo asistiendo a víctimas y sus familiares, precisó que «las chicas abusadas en estos contextos muchas veces tienen miedo de hacer la denuncia, o sienten vergüenza, por lo que digan sus familiares o amistades, así que los delitos en general quedan en la total impunidad, ni siquiera son investigados». Alcanza con colocar las palabras «drogada y violada» en el buscador de Google para que aparezcan decenas de casos con el resultado trágico de jóvenes abusadas. Así, el crimen de Melina no es el primero de este tipo, sino que forma parte de una larguísima lista de hechos similares y uno de ellos ocurrió en noviembre del año pasado, cuando Dilma Pérez fue a festejar su cumpleaños número 20 a un boliche de Gregorio de Laferrere. Allí, dos «conocidos» del lugar la invitaron a una «fiesta» para consumir cocaína y alcohol. «La autopsia del cuerpo de Dilma arrojó que había consumido, pero eso no es lo importante ya que no la mataron por eso, sino porque intentaron abusarla sexualmente y ella se resistió. Así de simple y brutal», reveló Bonicalzi. «Estamos pidiendo que haya controles de alcoholemia, como los que hacen en las rutas con los automovilistas, en el ingreso mismo de los boliches. Porque es en la llamada ‘previa’, con los chicos consumiendo mucho alcohol y también drogas, donde arrancan los problemas, que derivan en estos abusos terribles contra chicas, ya totalmente naturalizados los fines de semana», dijo María Elena Leuzzi, titular de AVIVI. «A las chicas las utilizan como material descartable. Las llevan como tarjeteras, les hacen creer que manejan todo, pero el objetivo es otro. Necesitamos que se regule una normativa específica para que en el ingreso haya tolerancia cero con el alcohol, porque a los empresarios de los boliches les importa nada si violan a o matan chicas», dijo Leuzzi. «Cuando analizamos los casos en AVIVI nos damos cuenta que lo que aparece es un modus operandi muy definido, una tenebrosa tendencia con algunos grupos de adolescentes que tienen un esquema fijo para seducir chicas, invitarlas a reuniones privadas, donde hay alcohol y drogas, y allí mantener relaciones sexuales, con presencia de violencia cuando hace falta, cuando la víctima se niega», explicó el abogado. «Este es un problema que atraviesa todas las capas sociales. Es una locura, pero en lugar de enseñar a no violar a los varones, les pedimos a las chicas que se cuiden o estén atentas», cerró Bonicalzi. Sí significa sí», es el lema de una campaña surgida en Estados Unidos por el caso de la estudiante Emma. Allí se calcula que una de cada cinco universitarias sufrieron abusos en las fiestas, donde siempre hay presencia de alcohol y drogas.
Preocupación: Crecen los abusos sexuales grupales a chicas en fiestas
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