Los problemas en el sindicato de Camioneros han crecido a niveles preocupantes. Hugo Moyano, quien dirige la organización desde 1987, siente cómo su autoridad se desdibuja frente a una creciente disconformidad dentro de las bases. Esta situación se ve agravada por las tensiones con su hijo Pablo, quien ha cuestionado abiertamente su gestión en una reciente conversación.

Fracturas Familiares y Disconformidad Sindical

El conflicto entre padre e hijo se intensificó en julio, cuando Pablo Moyano no escatimó críticas hacia la situación actual del sindicato. Le cuestionó directamente por las paritarias que se negocian en torno al 1%, que no logran satisfacer a los afiliados, especialmente en un contexto inflacionario preocupante. Además, el ex líder de la CGT expresó su descontento por la falta de renovación en las filas dirigenciales y la deteriorada situación de la obra social OSCHOCA, afectada por deudas.

Un Cambio en la Estrategia

En contraste con el pasado, cuando el sindicato de Camioneros solía oponerse ferozmente a cualquier límite en las negociaciones salariales, ahora ha acatado el techo paritario del 1% impuesto por el Ministerio de Economía. Esta postura ha desencadenado un fuerte malestar entre los trabajadores, algunos de los cuales consideran abandonar el gremio por la falta de respuestas a sus demandas.

Descontento en las Bases y la Figura de Aparicio

Marcelo Aparicio, secretario gremial, ha mostrado ser un mediador respetado en medio de las disputas. Sin embargo, Moyano ha limitado su influencia tras revelaciones sobre irregularidades en la gestión del hotel del sindicato en Mar del Plata. A pesar de la distancia, Aparicio mantiene un sólido respaldo entre los trabajadores de recolección de residuos.

Conflictos Internos y Vulnerabilidad

Recientemente, se avivaron las tensiones entre facciones por un incidente violento en un torneo de fútbol interno. Aunque Moyano restó importancia al hecho, se rumorea que se han pedido audiencias que él ha evadido. Por otro lado, Octavio Arguello, cercano a Moyano, ha ganado fuerza, pero su falta de apoyo popular podría ser un factor en su desempeño.

El Gobierno Observa de Cerca

El ambiente de inestabilidad no ha pasado desapercibido para las autoridades. Con planes de modificar la legislación laboral, se anticipan cambios que podrían impactar drásticamente en la financiación del sindicato. El ministro de Desregulación ya ha señalado que ciertas contribuciones obligatorias que hoy realizan los afiliados tienen los días contados.

Un Congreso que Podría Cambiarlo Todo

El próximo 28 de noviembre, Camioneros se reunirá en un congreso en el que se discutirán temas cruciales. Se espera que las disidencias entre las facciones salgan a la luz, lo que podría complicar aún más la situación. Se someterán a votación la memoria del último ejercicio y se definirán nuevas autoridades, entre otros varios puntos que apuntan a la política del transporte actual, especialmente en tiempos de Javier Milei.

Las expectativas son altas, y el clima de contienda podría marcar un antes y un después en la historia del sindicato.