Hoy se cumple el plazo adicional de 30 días que la Argentina tenía para pagarle a los tenedores de bonos Par, después de que el fallo del juez Griesa –y la negativa de la Casa Rosada de acatarlo– le impidiera al país realizar el pago de estos títulos a través del Bank of New York, tal como estaba preestablecido. En un contexto donde el default técnico ya tiene tres meses y la expectativa de la negociación entre el Gobierno y los holdouts pasó para comienzos de 2015, la cuestión no pasaría de un capítulo más de la saga de los «buitres», si no fuera porque constituye la puerta de entrada para que, desde mañana, un grupo de acreedores que logre reunir al menos el 25% de una de las series de estos títulos, pueda demandar la ‘aceleración‘ de los pagos en lugar de esperar al vencimiento de esos papeles en 2038. Para avalar esta posición están las cláusulas que rigen el funcionamiento de los bonos y que establecen que existe «default‘ si Argentina no cumple un pago de esos títulos y no corrige la omisión dentro de los 30 días”. El dato de las últimas horas habla incluso de un nuevo fondo, el Owl Creek Asset Management –un fondo que reúne u$s 3.900 millones en activos– y que, según la agencia Bloomberg, se suma a otros tantos que están discutiendo con inversores la formación de un grupo para demandar inmediatamente el pago de los bonos argentinos. El grupo necesitaría tener al menos 25% de los u$s 5.400 millones de deuda para pedir la aceleración. En rigor, en una presentación hecha en agosto de su Fondo de Recuperación de Argentina, Owl Creek dijo que la aceleración de los bonos Par podría darle a los inversores un retorno bruto del 100% en una futura reestructuración. Los especialistas advierten que las complejas derivaciones del planteo y las lecturas judiciales que se hagan del reclamo bien podrían generar cierta cautela a la hora de presentar la demanda. En definitiva, quienes observan el escenario señalan que en primera instancia, sí podría tenerse un recorte en el precio de los títulos públicos cotizantes y una mayor tensión en otros mercados, como el de acciones y el cambiario. Según confirman fuentes del mercado, hace tiempo ya que el derrotero de los títulos argentinos llevó a buena parte de los fondos de inversión de mercados emergentes –fondos EM– a deshacerse de miles de bonos Par. Otros fondos de inversión, los denominados Distressed Funds (DF), cuyo objetivo es comprar deuda con mucho riesgo, aprovecharon entonces este contexto para hacerse de una abismal cantidad de títulos Par. Pero el objetivo sería, a la vez, conseguir hasta un 50% de la emisión de los bonos Par. ¿Para qué habrían de hacerlo? Si bien en el primer caso exigir una aceleración podría implicar áridas trabas judiciales, ya que la Argentina depositó astutamente la cantidad de dinero correspondiente en el Bank of New York (BoNY), en el caso de los bonos Par, la Argentina hizo el depósito respectivo, pero en lugar de hacerlo en el BoNY, como dicen las cláusulas de los Par, lo realizó en Nación Fideicomisos, cuyas implicancias son distintas ya que no sólo esta entidad no figura en las pautas legales del bono, sino que ni siquiera quienes están al frente de esta entidad tienen el nombre de los tenedores de deuda. La tenencia del 50% de una emisión de los bonos Par podría eventualmente permitirles a esos mismos fondos la posibilidad de «desacelerar» los pagos exigibles a la Argentina. «Si el Gobierno se sienta a negociar con los buitres, los fondos que aceleraron los Par podrían prometer una desaceleración de esa deuda», sostiene una fuente.
Se profundiza el default técnico, crece riesgo de aceleración de bonos de deuda
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