La Corte Suprema de Justicia frenó la aplicación en el país de un fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa que obligaba a la Argentina a pagarle aquí unos 10 millones de dólares a bonistas extranjeros. El máximo tribunal argentino de justicia falló así a favor del Gobierno de Cristina Kirchner en el durísimo conflicto del país con un grupo de acreedores que habían aceptado canjear bonos en 2005 y 2010 con quita de intereses. La negativa a la pretensión de los acreedores de los títulos Bonos Externos Globales se sustenta en la violación del orden público al pretender, por medio de esta acción individual, salirse de la restructuración de la deuda soberana. El fallo fue firmado por los jueces Eugenio Zaffaroni, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton, pero no así por el titular del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, ni por Carlos Fayt, publicó el diario El Cronista. La Corte remitió al precedente «Claren», de marzo pasado; en ese caso, Griesa había condenado a la Argentina a pagar bonos por 7,5 millones de dólares a la compañía extranjera Claren Corporation. En este fallo, denominado «Crostelli, Fernando y otros», la Corte señaló que el fondo inversor no puede sustraerse con una sentencia extranjera del «proceso de reestructuración de la deuda pública dispuesto por el Estado Argentino mediante las normas de emergencia dictadas por las autoridades competentes de acuerdo con lo establecido por la Constitución Nacional». La causa trata de una demanda iniciada a partir de la sentencia dictada por Griesa el 19 de noviembre de 2007 en la que el juez neoyorquino ordena a la Argentina pagar en el país unos 10.636.731 dólares a los actores en concepto de capital e intereses vencidos de los títulos Bonos Externos Globales 2008, 2010 y 2017 de los que son titulares.
La Corte Suprema de Justicia frenó una sentencia del juez Griesa contra el país
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