La senadora demócrata Elizabeth Warren exigió que Summers rinda cuentas por su relación con Epstein, subrayando que su cercanía a un delincuente sexual comprometía su credibilidad como académico y asesor político. Los correos revelan que Epstein, quien se refería a sí mismo como «el compañero de alas» de Summers, mantuvo contacto con importantes figuras del mundo empresarial y político, a pesar de su condena en 2008 por delitos sexuales.

Warren argumentó que el historial de Summers refleja su preferencia por favorecer a los poderosos, cuestionando su prudencia al asociarse con un individuo de la historia criminal de Epstein. «Si no pudo distanciarse de Epstein tras toda la información pública disponible, no podemos confiar en su capacidad para asesorar a los políticos y educar a futuros estudiantes», afirmó.

Un alto funcionario de la administración Trump, anónimo, también pidió que se corten lazos con Summers, considerando inaceptable su continuidad en roles influyentes en Bloomberg News y OpenAI. «¿Qué más hará falta para que se tomen decisiones drásticas?», cuestionó, comparando esta situación con la destitución de un embajador británico por un asunto menos grave.

Summers ahora enfrenta una nueva investigación inicial mediante una orden del presidente Trump, quien ordenó a la fiscal general Pam Bondi que indague sobre la aparición de nombres en los últimos documentos de Epstein, sugiriendo incluso que Trump pudo haber tenido conocimiento de las acciones de Epstein durante un período determinado.

Los correos, que abarcan desde 2013 hasta principios de 2019, han revivido los debates sobre la conducta de Summers. Entre otros comentarios controvertidos, se reveló que Summers buscaba consejo sobre relaciones amorosas, incluso pidiendo a Epstein su opinión sobre cuándo contestar un mensaje de una mujer.

El Harvard Crimson reportó que muchos profesores de la universidad expresaron su descontento. «La relación entre Epstein y Summers, tal como se observa en estos correos, es asquerosa y vergonzosa», comentó el profesor de estadística Joseph K. Blitzstein. Asimismo, Summers, tras la filtración de los correos, reiteró su pesar: «Mi asociación con Jeffrey Epstein fue un gran error de juicio».

El intercambio de mensajes también mostró un lado más personal de Summers, donde reflexionaba sobre la percepción de la élite estadounidense hacia situaciones graves y sus implicaciones en su carrera académica. Las polémicas generadas por estos correos han puesto de nuevo a Summers en el centro de la atención mediática, reabriendo viejas heridas sobre su reputación y su tiempo en Harvard.