Los Antimicóticos sirven para prevenir infecciones ocasionadas por hongos microscópicos que se contraen por contacto directo con una persona infectada, al compartir ropa, toallas y baños. Requieren supervisión médica, pues el uso incorrecto puede empeorar la enfermedad. Las sustancias más comunes son clotrimazol, miconazol, ketoconazol, ácido undecilénico de zinc y tolnaftato.
Efectos secundarios:
- Irritación. La piel luce enrojecida y algo inflamada.
- Prurito. Comezón en la zona donde se aplicó.
- Ardor. Sensación quemante en la piel.
Contraindicaciones:
- Embarazo y lactancia. No se aconsejan. Los productos formulados para aplicación vaginal deben emplearse sólo bajo la supervisión del médico.
- Alergia. No debe repetirse la aplicación del producto si previamente ha generado irritación.