Miles de hinchas de Boca se acercaron desde la primera hora del día a distintas sucursales de una cadena de cobros, donde hoy, desde la apertura de sus puertas, se comenzaron a vender las 20 mil entradas populares para el superclásico del próximo jueves, en la Bombonera. La expectativa superó la de la Copa Sudamericana. En aquella oportunidad, las entradas se agotaron en un día, pero la venta fue más lenta. Esta vez, con el antecedente de que muchos socios se quedaron afuera del encuentro ante River por el torneo doméstico y por tratarse de la definición de la serie de octavos de final más atrapante de esta edición de la Copa Libertadores. Las largas filas que se pudieron apreciar desde temprano en casi todas las sucursales o la apertura del servicio no fueron impedimentos para algunos vivos. En el local de la esquina de Gascón y Potosí, un hincha ingresó con una nena en un cochecito, donde tenía apoyado un casco. Salteó la hilera y canjeó no menos de 10 entradas. Salió rápido, con una clara expresión de felicidad, le entregó la mitad de los carnets y el cochecito a otra persona, se subió a la moto y se fue. Hasta Blas Armando Giunta, una leyenda xeneize, se acercó a un local en Almagro para canjear su ticket. Y como muchos hinchas xeneizes no pudo canjear su entrada. Tras el anuncio de ‘no hay más localidades’, miles de hinchas se quejaron en las redes sociales por el maltrato a los socios en una nueva venta de entradas superclásica.
Se agotaron las entradas para el superclásico en 90 minutos
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