«Querida Cristina,
Desde aquel 10 de diciembre de 2007, día en el que me eligieras para acompañarte, hasta hoy, me he convertido en el Ministro del Interior, luego del Interior y Transporte, que más tiempo ha ocupado el cargo en los últimos 60 años. Este privilegio que me otorgaste me permite transmitirte en estas líneas algunas ideas y decisiones.
Fue a través de Néstor que pude ver plasmado en la realidad cómo la política cobraba centralidad y las decisiones volvían a la casa de gobierno. Y fue a través tuyo que vi a una Presidenta con independencia y autonomía. Independencia y autonomía del poder económico y mediático que pretendieron, y aún pretenden, condicionarte.
Fueron estas razones por las que puse el cuerpo y alma en estos años, para defender todas y cada una de las acciones que llevamos adelante.
Lo hice durante el conflicto con el sector agropecuario. Junto a Néstor y a vos cuando nos tocó perder. También nos tocó ganar.
Lo hice con un enorme compromiso con la gestión, convencido de que es la mejor política, ya que así se resuelven los problemas cotidianos de los hombres y mujeres de nuestro pueblo.
Y lo hice a sabiendas de que como dirigentes debemos garantizar las condiciones para nuestro propio relevo.
Por este compromiso con vos y con el Proyecto es que pensé que la mejor manera de contribuir, era participando de una elección primaria que pusiera de manifiesto la idea de continuar con todos y cada uno de los logros. Que representara cabalmente a ese nuevo sujeto social, compuesto por millones de argentinos que hoy tienen nuevos derechos y están dispuestos a defender y profundizar el camino de la transformación y la inclusión.
Dado que en forma manifiesta no es esta tu voluntad, y vos sos quien conduce este Proyecto, yo acepto con tristeza pero sin el más mínimo rencor no poder competir por la Presidencia, y celebro la decisión de que sea Carlos Zannini quien se constituya en garantía de que nada de lo conquistado se perderá. Es un amigo en el que podemos confiar.
Tal como me pediste te acompañaré hasta el final de la gestión, hasta el 10 de diciembre, para seguir transformando. Porque mi compromiso con vos, Cristina, es inquebrantable. Te respeto como militante, te admiro como Presidenta y te quiero como persona.
Soy un hombre de palabra. Creo fervorosamente en el valor de la misma y en los compromisos que uno asume. No borro con el codo lo que escribo con la mano. Por eso, no puedo aceptar ser candidato a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Y tal como lo dije públicamente, después del 10 de diciembre seguiré defendiendo el proyecto desde mi lugar de militante.
Seguiré defendiendo todas y cada una de las conquistas. Seguiré defendiendo la política de Derechos Humanos, la plena aplicación de la ley de medios y el Fútbol Para Todos. Seguiré defendiendo a nuestras quieras YPF y Aerolíneas.
Seguiré defendiendo nuestros Ferrocarriles Argentinos, tarea inmensa que encaramos juntos y que hoy es una realidad.
Seguiré defendiéndote a capa y espada, siempre.
Estoy orgulloso de ser parte de este proyecto que ya tiene un lugar en la historia. Y de haber hecho mi contribución, con enorme sacrificio y dedicación, al modelo Nacional y Popular que vos conducís.
Pero al mismo tiempo siento la obligación de honrar mis convicciones y mis 35 años de militancia. No puedo renunciar a lo que siento y pienso. Lo hemos hablado muchas veces.
Como militante, siempre estaré al lado de los que menos tienen.
Estaré acompañando a los millones de argentinos que confiaron en nosotros.
Estaré en cada argentino que hoy tiene un nuevo DNI y un nuevo pasaporte.
Estaré en cada argentino que sube a un nuevo tren.
Llegué con vos y me iré con vos de la Casa Rosada. Sin dejar mis convicciones en la puerta de la misma. Y, vos sabes, eso no tiene precio. Así nos enseñó Néstor. Te abrazo con el afecto y la lealtad de siempre».
Florencio Randazzo