Causa conmoción la situación de las fosas comunes encontradas por la policía mexicana en los estados de Michoacán y Jalisco. Ya suman 64 los cuerpos encontrados, todos vinculados a causas de narcotráfico.
Las autoridades habían iniciado las excavaciones hace dos semanas, buscando a dos policías desaparecidos a principios de noviembre, sin embargo, el descubrimiento fue mucho más grande y macabro de lo que se pensaba.
Se estima que algunos de los cadáveres llevan allí meses y otros dos o tres años, informó un portavoz del fiscal general. Algunos tenían las manos y los pies atados y varios mostraban signos de tortura.
Las fosas se encuentran en una zona donde se han registrado enfrentamientos entre cárteles del narcotráfico rivales. La búsqueda se dio por terminada pese a que no se hallaron los restos de los agentes.
La presencia del narcotráfico en Michoacán llevó a pobladores locales a poner en marcha milicias de autodefensa que tratan de *proteger a las comunidades del azote del crimen organizado, según lo informado por la BBC Américas.