“Es una tontería de las que el jefe de la Ciudad inventa dentro del marco de las cosas que no salen como él pretende. Es un caprichito del niño bien”, señaló Fernández durante su habitual contacto con la prensa en la Casa de Gobierno, y señaló que “el juez (federal Daniel) Rafecas lo que ha hecho es quitarle esas pruebas obtenidas por la Policía Metropolitana y remitirlas a la Prefectura, ya que son pruebas que se invalidan a sí mismas porque fueron logradas en forma ilegal”. El jefe de ministros remitió al voto del juez Eduardo Freiler, integrante de la Sala Uno de la Cámara Federal, quien dijo “con toda claridad cuando le quita la causa a (Claudio) Bonadio que la ley de la ciudad número 2.894, que crea la Policía Metropolitana, indica que (esa fuerza) es auxiliar de la justicia pero en el marco de su jurisdicción”. “Por eso dice Freiler que no actuó en el marco de su jurisdicción y le da la razón al planteo de la defensa de que el juez Bonadio debió haberse apartado ‘per se’ porque no tenía competencia, y fíjese que desde la ciudad de Buenos Aires todo se hace en Río Gallegos, la competencia es entonces de Gallegos y no discutamos más sobre este tema”, dijo. Añadió que “Bonadio se negaba a tratar esa presentación, no dejaba ver el expediente a la defensa y entramos en una situación como la que estamos”, y explicó que “no sirve la prueba en la forma en que se obtuvo, en base a la teoría que se conoce en derecho como la de ‘los frutos del árbol envenenado’, y por lo tanto si no tiene jurisdicción y obtuvo las pruebas en esa forma son ilegales”. Para Fernández, Bonadio “salió en lo que la justicia se llama ‘excursión de pesca’: se va a buscar lo que se encuentra y lo que se encuentra se trae y por ahí de eso se pesca algo que permite entonces arrancar la investigación a partir de lo que se pescó, uno tiene en claro que eso estaba sucediendo”.
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