El papa Francisco reformó este martes el procedimiento de la Iglesia católica para anular los matrimonios, haciéndolo más simple, rápido y gratuito.
El Santo Padre decidió que una sola sentencia bastará para decretar la nulidad del matrimonio eclesiástico, en vez de las dos que se requerían hasta ahora. El recurso al tribunal de la sede apostólica romana, la Rota, seguirá siendo posible, pero excepcional.
Para pronunciarse sobre un recurso de anulación, el obispo designará a un juez único del clérigo, y deberá asegurarse de que «ningún laxismo será permitido».
Un trámite más corto está previsto para los casos de anulación más evidentes. En estos casos, el obispo de la diócesis será él mismo juez, con el fin de que las decisiones respeten «la unidad católica en la fe y la disciplina».
El papa Francisco decidió también que el procedimiento sea gratuito para todos, con la ayuda de las conferencias episcopales a las que se les pide otorgar una «retribución digna» al personal de los tribunales.
El Vaticano presentó los dos «motu proprio» (documentos papales) llamados «Mitis Iudex Dominus Iesus» y «Mitis et misericors Iesus», en los que se explica la reforma para las causas de declaración de la nulidad matrimonial tanto en el código de derecho canónico y en el código de los cánones de las Iglesias orientales.
El Papa destaca en sus documentos la introducción de un proceso breve de nulidad, «para acercarse a los fieles que se alejan ante las estructuras jurídicas de la Iglesia a causa de las distancias física o moral».
Las reformas responden a las respuestas de la comisión que creó el Papa el año pasado, presidida por Pio Vito Pinto, decano del Tribunal de la Rota Romana, para que simplificasen los trámites del proceso de nulidad matrimonial.