Como su propio nombre indica, es una de las formas más prácticas y asequibles de comer algo rápido. “Dos hamburguesas 100% de vacuno, lechuga, cebolla, pepinillo, queso fundido tipo Cheddar y nuestra salsa especial”. Así describen en la web de Mc Donalds a uno de los productos de comida basura más consumidos en todo el mundo. Pero hay cosas que obvian.
Claro, ya lo sabes. La comida basura afecta negativamente a tu salud y cada vez se hacen más estudios alarmantes sobre las cantidades de químicos y aditivos de los ingredientes de estos apetitosos platos. Pero seguro que ni con esas te has resistido a comer, aunque sea de vez en cuando, algo de comida rápida. Y probablemente haya sido un Big Mac, uno de los productos estrella en esta categoría.
Aunque las cantidades de calorías, sodio y grasas de este plato varían según la normativa alimentaria de cada país, debes tener en cuenta que esa jugosa y apetitosa hamburguesa afecta a tu salud, y no sólo a largo plazo. Los expertos en alimentación del sitio web Fast Food Menu Price han recogido en una infografía lo que ocurre en nuestro cuerpo nada más comernos el plato estrella de Mc Donald’s. Ojo, porque sus consecuencias empiezan a notarse a los pocos minutos de haber dado el primer bocado.
Después de 10 minutos. Ay, qué contento estoy
En el gráfico indica que en EEUU un Big Mac normal (con queso y salsa) contiene 540 calorías, aunque en nuestro país, según muestran en la página web oficial, se queda en las 495 calorías. No obstante, nada más pegar un bocado, la cantidad de azúcar en sangre se eleva a niveles anormales.
Tal y cómo explican los expertos, la comida basura activa los sistemas de recompensa del cerebro liberando dopamina, conocida como la hormona del placer y la felicidad, y nos sentimos extasiados de alegría.
Según han analizado en la infografía, este proceso puede actuar de manera similar al que ocurre en el cerebro cuando se consumen drogtas como la cocaína, incrementando además a la probabilidad de que nos lancemos a una alimentación compulsiva.
Después de 20 minutos. Quiero más
Este plato incluye una buena cantidad de jarabe de maíz alto en fructosa y alrededor de 2,3 gramos de sodio. Fenomenal, porque ambos ingredientes están categorizados como adictivos por lo que consumirlos hace que nuestro cuerpo reaccione queriendo más y más. No sólo eso, se trata de sustancias nocivas cuya ingesta habitual está relacionada con la obesidad, diabetes y enfermedades del corazón, aseguran en la infografía.
Después de 30 minutos. Eres sodioman
Un Big Mac contiene el 46% de la cantidad diaria de sal recomendada para un adulto. Una cantida excesiva que puede derivar en la deshidratación. No pasa nada porque seguramente lo hayas acompañado de un buen refresco light, ¿verdad? Peor aún.
La deshidración provoca síntomas similares a los del hambre, por lo que es bastante probable que a la media hora de degustar el sabroso bocadillo sientas la necesidad de comer otra vez. Además, explican los expertos en alimentación, consumir sodio en exceso dificulta la labor de los riñones que no son capaces de eliminar tal cantidad de sal en tan poco tiempo. Y todavía más: “La sobredosis de sodio hace que su corazón trabaje más rápido para bombear la sangre por las venas. Esto hace que la presión arterial suba y, en última instancia, puede conducir a enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares”, advierten.
Después de 40 minutos. Una dulce condena
¿A que después de comerte un Big Mac te entra más hambre? Esto se debe a que perdemos el control del azúcar en sangre, lo que se traduce en antojos de comer más comida basura.
Al consumir un producto tan alto en calorías –recordemos que un sólo Big Mac aporta el 25% de la cantidad diaria orientativa de la energía que necesita un adulto–, la insulina puede responder reduciendo los niveles de glucosa, por lo que te entra un hambre voraz. Además, el mencionado jarabe de maíz alto en fructosa es absorbido rápidamente por el tracto gastrointestinal provocando picos de insulina que intensifican esa ansiedad por comer más.
Después de 60 minutos, y lo que te queda…
Normalmente el cuerpo necesita alrededor de 24 a 72 horas para digerir los alimentos. Sin embargo, según la infografía, las hamburguesas tardan mucho más tiempo como consecuencia de las grasas que contienen. Y no hablamos de horas, sino de hasta tres días para haber digerido completamente un Big Mac.
“Se tardan aproximadamente 51 días en digerir las grasas trans. En los EEUU, un Big Mac contiene 1.5 gramos de estas grasas que, según han demostrado diferentes estudios, están relacionadas con enfermedades del corazón, obesidad, cáncer y diabetes”, explican los expertos.
En España el Big Mac tiene 25 gramos de grasas, lo que equivale al 37% de la cantidad diaria recomendada de las grasas que necesita un adulto. Aunque en nuestro país no es obligatorio que se especifique en el etiquetado la cantidad de cada tipo de grasas que contiene un alimento, la empresa ha explicado a El Confidencial que “sólo contiene 10 gramos de grasas saturadas, que existen de forma natural en ingredientes de origen animal como la carne y el queso”.
Fuente: http://informe21.com/salud-y-bienestar/esto-le-pasa-en-tu-cuerpo-justo-despues-de-comerte-un-big-mac