La región avanza en el uso de medicamentos a base de cannabis, de la mano de una nueva mirada respecto a esta droga. En Uruguay y Chile el fin de semana se confirmaron planes para que estos productos lleguen a las farmacias. En el primero de los países, los mostradores tendrán tres variedades distintas de cannabis, cada una con diverso efecto psicoactivo. En Chile, en cambio, se inició un proceso para dar más libertades para el uso de los productos.
El presidente de la Junta Nacional de Drogas de Uruguay, Milton Romani, recordó que según estimaciones del Gobierno, los usuarios registrados tendrán acceso al producto empacado en farmacias a mediados de 2016, cuando las dos compañías que obtuvieron licencias para producir cannabis dispongan su primera partida comercial de cuatro toneladas.
«Va a haber tres variedades básicamente: de bajo, mediano y alto nivel de THC (tetrahidrocannabinol) con sus respectivos CBD (cannabidiol) para amortiguarlos», dijo Romani a Reuters tras disertar en un foro en la Expocannabis 2015 que se desarrolla en Montevideo.
«Son tres opciones con indicaciones respecto al efecto de cada una y tratando de recomendar que aquellos que comiencen, lo hagan por la baja», agregó el funcionario, que no quiso especificar los nombres y características de las variedades elegidas por el Gobierno. Las autoridades crearon las variedades a partir de genética propia con el fin de tener la capacidad de trazabilidad y asegurar que el producto elaborado en Uruguay no salga de fronteras ni se vuelque al mercado informal.
El precio comercial por gramo de marihuana será de aproximadamente un dólar y los uruguayos podrán adquirir hasta 40 gramos por mes. Actualmente, hay registrados 3.200 cultivadores para auto consumo, que tienen permitido tener hasta seis plantas por hogar, y una cifra similar de personas que integra clubes de fumadores, dijo Romani.
La experiencia de regulación estatal del cannabis en Uruguay atrae las miradas del mundo desde la aprobación en diciembre de 2013 de una pionera ley que legaliza todo el proceso, desde su producción hasta la comercialización. Las autoridades también trabajan junto a interesados privados en la producción industrial de cáñamo y de cannabis medicinal con fines de exportación a Estados Unidos y Europa.
«Queremos hacer las cosas bien; si lleva un poco más de tiempo, mala suerte. En esto tenemos que ser cuidadosos porque un traspié puede arruinar una experiencia que es única en el mundo», finalizó Romani.
En tanto, el gobierno chileno inició un plan de trabajo para liberalizar el uso de estos medicamentos. La presidenta chilena Michelle Bachelet autorizó a la elaboración y venta de medicamentos que contengan cannabis, un decreto que abre las puertas a la salida definitiva de la planta de la lista de drogas duras.
El decreto firmado por Bachelet el primero de diciembre, y difundido en las últimas horas, consigna que “el Instituto de Salud Pública podrá autorizar y controlar el uso de cannabis, resina de cannabis, extractos y tinturas de cannabis para la elaboración de productos farmacéuticos de uso humano”.
Asimismo, los medicamentos con la sustancia “podrán expenderse al público en farmacias o laboratorios mediante receta médica retenida con control de asistencia”, agrega el documento que saca al cannabis de la Lista 1 de estupefacientes y la incorpora a la II con sustancias como la codeína. En Chile la marihuana figura en la normativa como una droga dura, se permite su consumo en ambientes privados pero su venta y autocultivo están penados.
Aún el ministerio del Interior no se pronunció sobre si el decreto de Bachelet determina que el cannabis salga de esa lista de drogas duras definitivamente. La liberación de la venta de medicamentos a base de cannabis se formalizó a días de que el gobierno envíe al Congreso indicaciones para reducir la cantidad de marihuana permitida, para porte y cultivo, en un proyecto de ley para despenalizar el uso del cannabis con fines recreativos y medicinales que analiza el legislativo.
El proyecto original permitía a una persona portar 10 gramos de marihuana y el autocultivo hasta 10 plantas, mientras que la propuesta del gobierno reduce a dos gramos portados y una planta para el autocultivo.
La marihuana saltó a los primeros planos a fines de noviembre cuando un tribunal de familia chileno prohibió a una madre que amamantara a su hija recién nacida y le restringió las visitas tras admitir que había fumado la sustancia antes del parto. Tras retener 12 días al bebé en un hospital de la ciudad de Talcahuano -unos 550 km al sur de Santiago- se le restituyó el hijo a su madre, que había presentado una demanda contra el hospital ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Cidh).
A su vez, el tribunal ordenó a la madre realizarse exámenes semanales para determinar si consume drogas.
Fuente http://miradaprofesional.com/ampliarpagina.php?npag=3&id=1630#.VmxwNPkrL4b