El presidente de Estados Unidos sacó pecho en su último discurso sobre el Estado de la Unión por la recuperación económica lograda durante su mandato, pero admitió que junto a esta se han producido «cambios profundos» que mantienen a muchos estadounidenses preocupados. Habló sobre terrorismo, Cuba, combustibles fósiles, salud y la cárcel de Guantanamo.
«EE.UU. tiene la economía más fuerte y más duradera del mundo. Más de 14 millones de nuevos puestos de trabajo, los dos años de mayor crecimiento de empleo desde los 90, el desempleo reducido a la mitad. Cualquiera que diga que la economía de EE.UU. está en declive está vendiendo ficción», indicó Obama.
Sin embargo, el mandatario admitió que «muchos estadounidenses» están preocupados porque la economía «ha estado cambiando de forma profunda» al citar el reemplazo de puestos de trabajo por tecnologías autómatas, la libertad de movimiento internacional para las empresas y el aumento de las desigualdades.
«Las compañías en una economía global se pueden ubicar en cualquier sitio, y se enfrentan a mayor competencia. Como resultado, los trabajadores tienen menor capacidad de negociación. Las empresas son menos fieles a sus comunidades y más y más riqueza se concentra en manos de los más ricos», apuntó.
Según Obama, todos estos hechos han «exprimido» a los trabajadores, «incluso a los que tienen trabajo e incluso cuando la economía está en crecimiento», y han hecho que hoy en día sea «más difícil» para una familia trabajadora salir de la pobreza, para los jóvenes empezar sus carreras profesionales y para los trabajadores jubilarse.
El presidente estadounidense aprovechó la ocasión para lanzar una crítica a los bancos de Wall Street, cuya «temeridad» fue la causante de la crisis financiera, «y no la gente que vive de ayudas gubernamentales para recibir alimentos».
«Los inmigrantes no son la razón por la que los salarios no han subido lo suficiente, este tipo de decisiones se toman en salas de juntas que demasiado a menudo ponen los resultados trimestrales por encima de los retornos a largo plazo», destacó Obama.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, trató de calmar a quienes ven la lucha contra el Estado Islámico (EI) como «la Tercera Guerra Mundial» al asegurar que ese grupo yihadista «no amenaza la existencia nacional» de su país, pero urgió al Congreso a aprobar una base legal específica para esa campaña.
«Mientras nos centramos en destruir al EI, los mensajes exagerados de que esta es la Tercera Guerra Mundial solamente benefician» a los yihadistas, afirmó Obama durante el último discurso de su Presidencia sobre el Estado de la Unión ante el Congreso.
«Ellos no amenazan nuestra existencia nacional. Esa es la historia que el EI quiere contar, es el tipo de propaganda que usan para reclutar. Pero no tenemos que reforzarlos para demostrarles que vamos en serio», agregó.