El enfrentamiento que desde hace meses Trump mantiene con la cadena organizadora del debate, Fox News, y en especial con su presentadora Megyn Kelly, lo llevó a renunciar a su presencia en el evento, y a organizar simultáneamente un acto de recaudación de fondos para los veteranos de guerra. La «contraprogramación» de Trump tuvo el efecto esperado, ya que su discurso fue televisado por CNN y MSNBC mientras Fox News ofrecía el debate, lo que supuso una doble ventana de espacio televisivo único para el magnate neoyorquino cuando siete de sus rivales políticos compartían un mismo canal. En Internet, Trump fue el precandidato más buscado en Google por un amplio margen, según datos del propio buscador, y en Twitter alcanzó el 37% de todas las menciones que se produjeron anoche sobre los aspirantes republicanos, muy por encima de Ted Cruz (18%) y Marco Rubio (12%). Pero el dominio del magnate neoyorquino no se limitó sólo a las redes, sino que también fue protagonista en el propio estrado, mencionado en múltiples ocasiones directa e indirectamente por sus rivales. «Antes de empezar con los asuntos, vayamos al elefante que no está en la habitación esta noche», se dirigió a los aspirantes la moderadora, Kelly, nada más empezar el debate, según informó la agencia de noticias EFE. El senador Rubio dijo que «esta campaña no es sobre Trump», el también senador Cruz admitió el «enorme entusiasmo» que genera el magnate entre los votantes republicanos, y el ex gobernador de Florida Jeb Bush dijo en tono irónico que le echaba de menos y afirmó que es como «un pequeño osito de peluche» para él. Por su parte, Fox News emitió un comunicado en el que explicó haber mantenido conversaciones con Trump para que participase en el debate, pero que el magnate había pedido a cambio una contribución por parte de la cadena de 5 millones de dólares a su recaudación de fondos para los veteranos de guerra. Precisamente minutos después de que acabase el debate, Trump se felicitó en un mensaje en Twitter por los 6 millones de dólares recaudados durante la noche del jueves «mientras los políticos hablaban». Al margen del magnate, el debate vivió uno de sus momentos más tensos cuando Cruz, Rubio y Bush se acusaron mutuamente de haber cambiado de postura en cuestiones migratorias. Bush atacó a Rubio al recordar que él fue uno de los impulsores del proyecto de ley para una reforma migratoria y que después «se escabulló» porque esa iniciativa «no era popular entre los conservadores», a lo que Rubio respondió que era Bush quien había cambiado su postura sobre inmigración. Del enfrentamiento con Bush, Rubio pasó a otro similar con Cruz, quien a su juicio ha construido su campaña en torno a la «mentira» de que es el candidato «más conservador» y «ha estado dispuesto a hacer o decir cualquier cosa para conseguir votos». Rubio también protagonizó uno de los momentos más curiosos de la noche al asegurar que Estados Unidos «no quiere ser Suecia», en un intento de descalificar al aspirante demócrata y autoproclamado socialista Bernie Sanders, quien impulsa un estado de Bienestar como por el cual es famoso el país europeo. «Bernie Sanders es un buen candidato a presidente. De Suecia. Nosotros no queremos ser Suecia», apuntó el senador por Florida. También se vivió un momento peculiar cuando el senador libertario por Kentucky Rand Paul sacó a relucir la aventura extramatrimonial de Bill Clinton cuando era presidente. Su mujer, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, es la máxima favorita a ganar las primarias demócratas. «No creo que Hillary sea responsable por el comportamiento de su marido, pero si cualquier ejecutivo hiciese con una becaria de 21 años lo que hizo Bill, habría sido despedido y jamás contratado de nuevo. No puede ser una campeona de los derechos de las mujeres con esto sobrevolando siempre sobre ella», dijo Paul. El de anoche fue el último encuentro entre aspirantes republicanos antes de que el próximo lunes se celebren en Iowa los caucus (asambleas popu
La ausencia de Trump eclipsó el último debate
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