Tres explosiones coordinadas sacudieron hoy los suburbios del sureste de Damasco, la capital siria, y mataron a al menos 45 personas y dejaron otras 40 heridas en una serie de atentados reivindicados por una rama local de la milicia extremista Estado Islámico conocida como Wilayat Dimashq. El grupo armado islamista informó en un comunicado difundido en foros online que «dos soldados del califato pudieron llevar a cabo dos operaciones suicidas contra un nido de los apóstatas politeístas en la zona de Sayida Zeinab, en Damasco», en referencia a la comunidad chiíta que representa la mayoría en esa localidad. La primera explosión fue causada por un coche bomba que se estrelló contra una parada de colectivos, cuando la gente se acercó al lugar a ayudar a los heridos, otras dos personas detonaron explosivos que llevaban pegados en su cuerpo Según el EI, una milicia extremista sunnita, el atentado mató a cerca de 50 personas y dejó 120 heridos, reprodujo la agencia de noticias EFE. El gobierno sirio, a través de la agencia de noticias oficial SANA, difundió una cifra menor de víctimas e informó que la primera explosión fue causada por un coche bomba que se estrelló contra una parada de colectivos en la zona de Ku Sudan, en el suburbio de Sayida Zeinab. Poco después, cuando una pequeña multitud se acercó al lugar para ver lo que había pasado y ayudar a los heridos, dos personas hicieron explotar los explosivos que llevaban pegados al cuerpo y provocaron un número mucho mayor de víctimas. Sayida Zeinab está a unos 17 kilómetros al sur de Damasco y es una de las zonas bajo control del gobierno que está protegida en los hechos por la milicia chiíta libanesa Hezbollah, uno de los grupos armados que pelean codo a codo con el Ejército contra el heterogéneo frente insurgente que pelea por derrocar al gobierno desde hace casi cinco años. Mientras en Ginebra, la ONU y las principales potencias del mundo y Medio Oriente negocian la posibilidad de avanzar en un proceso de paz, en el terreno la guerra no se detiene En la zona de Ku Sudan se encuentra la mezquita chiíta del mismo nombre, un lugar de especial importancia para la comunidad chiita, que suelen peregrinar hasta ese punto. Además de pelear junto con el Ejército en varios de los frentes de batallas abiertos en el devastado territorio nacional, el movimiento islamista Hezbollah se adjudicó varias veces el rol de protector de las zonas y lugares sagrados del chiismo. El EI dejó en claro en su comunicado que el objetivo de los atentados de hoy fue religioso. «Para que sepan los renegados (en alusión a los chiítas) que, igual que ellos combaten, serán combatidos y que no encontrarán seguridad ante los golpes de los muyahidines (combatientes santos) con el permiso de Alá», advirtió el texto difundido por la milicia extremista. Mientras en Ginebra, Suiza, la ONU y las principales potencias del mundo y Medio Oriente negocian la posibilidad de avanzar en un proceso de paz entre el gobierno sirio y algunos de los grupos insurgentes y opositores, en el terreno la guerra no se detiene. Según Naciones Unidas, tras casi cinco años de guerra más de 260.000 personas han muerto, más de la mitad de la población tuvo que escapar de sus casas y refugiarse dentro y fuera del país, y la mayoría de ellos necesitan ayuda humanitaria inmediata.
Siria: el Estado Islámico mató a 45 personas en tres atentados coordinados
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