Quienes consumen marihuana no padecerán depresiones ni tendrán problemas psíquicos años después, confirman científicos estadounidenses. Pero sufrirán otras consecuencias.
Un grupo de estudiosos de la Universidad de Columbia (Nueva York) ha realizado un detallado estudio con una muestra de casi 35.000 estadounidenses adultos para determinar qué efectos tiene el consumo de cannabis. Como base de datos les sirvieron dos momentos cronológicos del registro epidemiológico nacional de EE.UU. de los años 2000 con un lapso de tres años. Más de la mitad de esta muestra la formaban consumidores habituales de marihuana, indica una publicación de la revista ‘JAMA Psychiatry’.
Los investigadores estudiaron la salud mental de los participantes en el estudio al cabo de tres años de su inicio tras preguntarles si consumían cannabis o derivados o no.
Felizmente, no se ha descubierto ningún vínculo entre el uso de cannabis y problemas psíquicos posteriores como la ansiedad o la depresión. Incluso el estudio permite sostener que a algunos de ellos los derivados del cáñamo les ayudaron a resistir o combatir esos trastornos.
Por otro lado, el estudio comprobó que los consumidores resultan más propensos a incurrir en adicciones: a las drogas, al tabaco o al alcohol. La incidencia de consumo abusivo de alguna de estas sustancias es considerablemente mayor en aquellos que eran usuarios de la marihuana que en el resto de participantes en la muestra: es tres veces mayor en relación al alcoholismo y dos veces más respecto al tabaquismo.
En cambio, el experto independiente y doctor en psicofarmacología del centro universitario King’s College londinense Amir Englung cree que «un estudio como este no puede determinar la causalidad entre el uso de cannabis y una posterior adicción a las drogas», recoge ‘The Telegraph’. Con todo, los autores de la investigación sugieren que los psicólogos y los políticos han de tomar nota de la relación entre el cannabis y las adicciones.