ANDRÉS CALAMARO-“ROMAPHONIC SESSIONS” En el segundo semestre del 2015, Calamaro fue invitado a abrir los conciertos que Bob Dylan daría en España y decidió que sería conciertos a piano y voz acompañado por German Wiedemer, y la búsqueda de ese repertorio quedo plasmada en este nuevo disco. Las “Romaphonic Sessions” se suman a las grabaciones encontradas como una especie de Volumen 3, ya que el Salmón decidió incluir en este álbum tangos de Aníbal Troilo y Enrique Cadicamo, de Astor Piazzola y Horacio Ferrer, de Virgilio y Homero Expósito y de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera. Pero también busco en el cancionero rioplatense y rescato temas de Litto Nebbia y del uruguayo Leo Masliah, además de clásicos de su repertorio. El disco abre con una bonita versión de “Nueva zamba para mi tierra” de Litto Nebbia, de la época de los Músicos del Centro, pero que Calamaro ya había incluido en el Mande in Argentina” del 2005. Un canto al arraigo, al apego a la tierra. Wiedemer pone su piel en juego cuando adopta el rol de pianista tanguero, mientras Calamaro desgrana los versos que Cadicamo le dio a Troilo para “Garúa”. A la que sigue una dulce y emotiva versión de “Mi enfermedad”. Fernando Cabrera y Hugo Fattoruso invitaron el año pasado a Calamaro a cantar algunas canciones en Montevideo y por esa razón el músico argentino decidió incluir una versión bien de cantautor de Leo Masliah. A “Milonga del Trovador” de Horacio Ferrer y Piazzola le da una entonación más rioplatense que tanguera, mientras que Wiedemer juega entre el jazz y el tango. Luego con mucha dulzura y romanticismo une “7 Segundos” del repertorio de Los Rodríguez con “El día que me quieras”. “Absurdo” de Virgilio y Homero Expósito lo tiene a Calamaro transmitiendo emociones bien rodeado por el trabajo de Wiedemer, que vuelve a lucirse con ritmo tanguero mientras Calamaro busca “Soledad” de Gardel y Lepera. Este disco cierra con una versión de “Palermo”, el clásico de Calamaro. RUSTER-“RUSTER” Ruster, el cuarteto de hard rock de Villa Ballester, salió al ruedo con su primer disco homónimo, en el que trae áridas guitarras que dibujan un desierto en cada canción. Con letras en inglés («Motorcycle» o Walking in The Rain II») y en español, como también con un instrumental («Waling in The Rain I»), el ambiente de Ruster va por el lado de la velocidad y la rabia del hard rock más ochentoso, con influencias de Guns & Roses, Bon Jovi, Hanoi Rocks, o los discos de regreso de Alice Cooper. Formada en 2009, tras presentarse en diversos escenarios y de participar en numerosos concursos de bandas, entre los que se destacan el Bombardeo del Demo y la preselección del Cosquín Rock, la banda se metió en el estudio con el productor Javier Casas (Malón, Plan 4). Como si toda la producción hubiera sucedido en una Chevy coupé, a lo largo de la placa uno puede sentir cómo el viento seco y desértico le pega a uno en la cara y sacude el aire con punteos agudos y estridentes («Ceer en mí»). La voz de Ignacio Acosta, que dejó el bajo tras grabar «Ruster», se muestra dentro de los registros agudos que en los ’80 popularizó Ronnie James Dio, sin dejar de lado la presencia de algunas asperezas con olor a whisky. A futuro queda ver cómo se adaptan los tres nuevos miembros del grupo (Pablo Carreras en batería, Sergio Romero en bajo y Andrés Celiz en primera guitarra), habidas cuenta que cambios tan profundos impactan de lleno en las composiciones. Ruster fue grabado y mezclado por Casas en Infire Studio, con la participación de Pablo Gagliano en guitarra rítmica y coros, John Lamf en primera guitarra y César Pucciarelli en batería. PRINCIPIANTES-“EL DIA DE LA TIERRA” El cuarteto de rock Principiantes da a conocer su primer trabajo discográfico larga duración, «El día de la tierra», donde los músicos reúnen una decena de canciones que coquetean con distintas variantes del rock y condimentos del pop sesentoso. Desde la estridencia blusera en temas como «El Cóctel», hasta la melancolía crooner de «Nadie me quie
Calamaro, al piano, entre canciones propias y ajenas
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