Un comunicado difundido por la Fiscalía explicó que Khalid El Bakraoui, quien el martes se hizo inmoló en el interior del metro en una parada próxima a las instituciones europeas de Bruselas, había alquilado una habitación en la calle del Fort, en la ciudad de Charleroi. Ese cuarto, según los investigadores, fue utilizado como escondite de la célula que cometió los atentados de noviembre en París, en los que murieron 130 personas y centenares resultaron heridas el 9 de diciembre. Las sospechas del Ministerio Público contra Khalid El Bakraoui, que utilizó un carné de identidad belga falso a nombre de Ibrahim Maaroufi, llevaron dos días después a emitir una orden y un mandato de detención internacional contra él. Su hermano, Ibrahim El Bakraoui, fue uno de los dos suicidas que actuaron el martes en el aeropuerto internacional de Bruselas-Zaventem. En tanto, la policía busca a un segundo hombre sospechoso del ataque perpetrado en la estación de subte de Maalbeek en Bruselas, mientras continúa la intensa cacería del sujeto fotografiado en el aeropuerto junto a otros dos que se inmolaron durante el múltiple ataque en la capital belga que dejó 34 muertos y 270 heridos. Según la cadena de televisión pública francófona RTBF otro hombre sospechoso de haber participado en la matanza, reivindicada ese mismo día por la milicia radical Estado Islámico (EI) fue captado por las cámaras de vigilancia con una gran bolsa, pero se desconoce su identidad y tampoco se sabe si murió en el atentado o si se dio a la fuga. En una ciudad aún conmocionada, el transporte seguía hoy con numerosas limitaciones, en particular con líneas de subte suspendidas, estaciones de tren cerradas y las escasas que estaban en servicio con controles de entrada, mientras sigue sin tener fecha la reapertura del aeropuerto de Zaventem, informó la agencia EFE. Una portavoz del aeropuerto señaló que aún es demasiado pronto para saber cuándo se podrá anunciar la reapertura al tráfico de pasajeros de la estación aérea porque la policía científica aún está trabajando en la terminal donde se produjo el atentado del pasado martes. El personal del aeropuerto aún no pudo entrar a evaluar los daños materiales -hubo allí al menos once muertos, entre ellos cinco agentes, y un centenar de heridos- porque la policía aún está en la fase de recoger pruebas de las explosiones y no se descarta que se puedan encontrar restos humanos, indicó la portavoz. En cuanto al metro de Bruselas, la entidad del transporte público STIB indicó en un comunicado que el dispositivo era el mismo de ayer y que sólo funcionan dos líneas (la 1 y la 5) con un número de estaciones limitadas y horario restringido. El acceso a las estaciones se hace con controles de la policía. Entre las que sigue cerrada está la de Maelbeek, donde se produjo el atentado que mató a una veintena de personas y causó heridas a más de un centenar. En una de las entradas a Maelbeek, donde se mantenía una guardia policial, esta mañana se podían ver velas y flores en el suelo en recuerdo de las víctimas. La circulación de tranvías y colectivos era prácticamente normal esta mañana, como también la de trenes, aunque siete estaciones de la ciudad continuaban clausuradas, dijo una portavoz de la compañía ferroviaria SNCB.
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