La nueva película del autor de «Accidentes gloriosos» será exhibida este miércoles a las 22.30, el jueves en el mismo horario, en la sala 9 del Village Recoleta, y el domingo próximo a las 14.50 en la sala 1 del Artemultiplex Belgrano. Gracias a una beca otorgada por una institución cultural chino-suiza, Andrizzi pasó seis meses alojado en el histórico Peace Hotel de Shanghai, donde armó la preproducción de la película, formó un equipo de técnicos de origen chino y ensayó escenas con actores locales y Lorena Damonte, la única actriz argentina que participa del proyecto. «El desafío era filmar en una mega ciudad que apenas conocía, en un idioma que no hablo, y armar un equipo sorteando la barrera del idioma. En seis meses tuve que buscar las locaciones, los actores, los técnicos, presupuestar una y otra vez, reescribir el guión todo el tiempo, y finalmente filmarlo», recordó el director en una entrevista con Télam. Los compañeros chinos se referían a Andrizzi como «el loquito» argentino, debido al ímpetu que le ponía a una producción especialmente extraña y peculiar para los altísimos presupuestos que se manejan en ese país, que generalmente destina no menos de tres millones de dólares para cualquier ópera prima. «Cuando le conté a la primera productora con la que trabajé allá cuánto dinero tenía para hacer la película, pensó que había un problema de traducción en los números. Así que un poco por cariño, por compasión, o porque les gustaba el proyecto genuinamente, mucha gente se fue sumando y aceptando trabajar de una forma diferente a la que es usual allá», recordó. Andrizzi explicó que «Una novia de Shanghai» es una comedia «al estilo de la `screwball comedy` americana -un subgénero en el que priman la velocidad, el absurdo y los enredos- donde los dos protagonistas recorren gran parte de los barrios de la ciudad con un ataúd y un cadáver, yendo desde la parte vieja hacia la parte nueva para llegar al puerto de Shanghai». Según dijo el director de «Iraqui short films» y «En el futuro», la historia está protagonizada por «dos chatarreros vagabundos que juntan basura y desperdicios por las calles y que, por encargo de otra persona, tienen que cruzar la ciudad entera con un ataúd robado de un cementerio para poder unir a una pareja de amantes más allá de la muerte». Pero además de los enredos que sufren los protagonistas de esta especie de «Después de hora» a la china, en la que por ejemplo los persigue la policía y unos borrachos les quieren robar el ataúd, el humor surge principalmente de los contrastes entre ciertas costumbres y tradiciones milenarias y una forma de vida posmoderna propia de la ciudad cosmopolita que es Shanghai. La idea de Andrizzi -y una de las condiciones de la beca que obtuvo- fue explorar la cultura china a través de esos contrastes, que se manifiestan en distintas costumbres y formas de vida, en el modo en que los chinos amoldan la modernidad con sus tradiciones más preciadas y, más evidentemente, en las diferencias arquitectónicas entre la parte vieja y nueva de la ciudad. Es que, como lo demostraron directores como Spike Jonze en «Ella» o Michael Winterbottom en «Código 46», con sus torres y rascacielos, la parte moderna de Shanghai tiene el aspecto de una metrópolis futurista, casi de ciencia ficción, y en ese contexto dos chatarreros con sus carros y un ataúd no podrían pasar desapercibidos. «Muestro la China hiper moderna y potencia del siglo XXI, cruzada por algunas tradiciones que están aún muy presentes en la sociedad china. Dentro de todo lo que pasa en la película, hay dos personajes centrales que tienen que cargar un ataúd por diferentes lugares de la ciudad, para reunir a dos amantes mas allá de la muerte», señaló en ese sentido. Andrizzi sostuvo que la película tiene «muchas referencias a la cultura china de los muertos. Además, describe el cruce de la modernidad y las tradiciones ancestrales, y muestra cómo el capitalismo afecta a algunas costumbres. La China moderna es una mezcla de eso,
Andrizzi compite en el Bafici con «Una novia de Shanghai»
Que opinas? Deja tu comentario