La iniciativa será debatida el jueves en el marco de una sesión especial. El dictamen fue firmado por la mayoría de los bloque parlamentarios aunque los legisladores del Frente para la Victoria lo hicieron en disidencia parcial, con lo cual la iniciativa recibiría un voto casi unánime en el plano general. La decisión se adoptó esta tarde en el marco de un plenario de las comisiones de Presupuesto y Hacienda, Legislación del Trabajo, y de Industria, que conducen el macrista Luciano Laspina, el justicialista Alberto Roberti, y el diputado massista José Ignacio de Mendiguren. El proyecto fue redactado por el sindicalista de Smata y presidente del bloque Justicialista, Oscar Romero, y consensuado con sus pares del interbloque Cambiemos, del Frente Renovador, el Frente para la Victoria y Progresistas. La norma prevé la posibilidad de otorgar un bono electrónico de crédito fiscal para el pago de impuestos nacionales a las terminales automotrices o fábricas de maquinarias agrícolas y camiones, que adquieran autopartes o piezas nacionales. El proyecto original solo contemplaba dar este beneficio a las automotrices y a pedido del ex ministro Axel Kicillof se sumó a las industrias dedicadas a la producción de maquinas agrícolas y de camiones. Kicillof, al hacer uso de la palabra durante el plenario de comisiones, elogió la tarea desarrollada durante la administración kirchnerista y la tarea en particular llevada adelante durante su paso por el Ministerio de Economía. En ese marco, cuestionó varios aspectos del proyecto redactado por el sindicalista de Smata Romero. Al responder a ese planteo, el dirigente gremial dijo que el ex ministro Axel Kicillof trabó la discusión de la «ley de autopartes en los últimos tres años» y -con tono irónico- disparó que el actual diputado «no sabe cuál es la diferencia entre un tren delantero y un tanque de nafta» de un auto. Otro cambio importante incorporado al proyecto -informado por Laspina durante el encuentro- fue contemplar el caso que si por una crisis importante una de las empresas que tengan ese beneficio y deba reducir personal, se conformará una comisión entre el gobierno, los directivos y el gremio con personería jurídica para ver qué resolución adoptarán. La iniciativa prevé que los reintegros o créditos fiscales vayan dentro de un rango de entre 4 y 15%, en base al nivel de integración nacional que tenga la autoparte. Las autopartistas también deberán cumplir con un «Contenido Mínimo Nacional» en sus productos, que será del 30% en automóviles y utilitarios, 25% para vehículos comerciales livianos, camiones y ómnibus, y 15% para motores. El proyecto establece también que se podrán financiar las inversiones de las autopartistas mediante adelantos realizados por el Estado. Contempla además, la posibilidad de que las autopartistas gocen de los mismos beneficios que las terminales cuando realicen inversiones en nuevos productos a nivel local. Romero proyectó que -tras la instrumentación efectiva de la ley- «por cada punto de incremento de producción se crearán 5.000 puestos de trabajo directo y otros tantos indirectos”. “He dialogado con todos los sectores involucrados, desde el gobierno nacional pasando por las organizaciones empresariales y los gremios que son parte muy interesada en esta iniciativa”, dijo Romero, para destacar por último la colaboración recibida de parte de su gremio, Smata, y el secretario general de la entidad, Ricardo Pignanelli.
Diputados dio dictamen al proyecto que busca impulsar a la industria autopartista
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