La ONU Levanta la Voz: Controversia por la Planta de Amoniaco en Sinaloa
La construcción de una planta de amoniaco en Topolobampo, Sinaloa, se encuentra en el ojo del huracán tras la reciente crítica de la ONU hacia los gobiernos de México, Alemania y Suiza.
Preocupaciones por el Impacto Social y Ambiental
Un comunicado emitido por la Organización de las Naciones Unidas ha expresado inquietudes respecto a cómo la industria petroquímica podría amenazar la vida de los pueblos indígenas y el equilibrio ecológico en la región. El colectivo ecologista ¡Aquí No! ha sido una de las voces más activas al respecto.
Denuncias del Colectivo ¡Aquí No!
Habitantes y líderes del colectivo denunciaron que el financiero europeo KFW-IPEX-Bank ha respaldado a Gas y Petroquímica de Occidente (GPO) en la realización del proyecto, ignorando una solicitud de diálogo por parte de la comunidad mayo-yoreme, que se opone rotundamente a la obra. Este mismo grupo advierte sobre la falta de claridad en la propiedad del terreno donde se planea construir la planta.
Amenazas a la Bahía de Ohuira-Topolobampo
Las preocupaciones que han expresado desde el colectivo son serias: la planta podría representar una amenaza para la bahía de Ohuira-Topolobampo, poniendo en peligro tanto los ecosistemas locales como el modo de vida de quienes dependen de estos recursos naturales.
Reunión Cancelada y Tensión Creciente
El colectivo había programado un encuentro con representantes alemanes para discutir las implicancias de la planta, pero la reunión fue cancelada abruptamente. Esta situación ha exacerbado la tensión en redes sociales y comunidades locales, donde se perciben crecientes riesgos y agresiones verbales.
Felipe Montaño Valenzuela, cobanaro de Ohuira, ha externado su preocupación por la escalada de ataques hacia los líderes del movimiento. Asegura que continuarán protestando mientras las amenazas sobre su entorno persistan.
Inversión en la Controversia
El proyecto, desarrollado por la empresa suizo-alemana Proman a través de su filial mexicana GPO, contempla una inversión de aproximadamente 1.250 millones de dólares. Se espera que genere cerca de dos mil empleos temporales y 300 permanentes. Durante la etapa de construcción, se incluirán instalaciones para un gasoducto y un ducto para el transporte de amoniaco.
Resistencia de las Comunidades
Desde su anuncio, múltiples poblaciones pesqueras y grupos socioambientales han manifestado su rechazo al proyecto, temiendo que afecte tanto el ecosistema como las actividades económicas que dependen de la bahía. Los amparos interpuestos por los pobladores enfatizan la falta de consulta a los pueblos indígenas como manda el Convenio 169 de la OIT.
Un Antecedente Comprometedor
En agosto de 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que el futuro de la planta dependería de la voluntad de la comunidad, resaltando que el Gobierno Federal no impulsaría la obra sin un adecuado proceso de consulta. A lo largo del tiempo, el proyecto ha sido incluido en el Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura del Sector Privado, destacándolo como una de las iniciativas clave para la inversión privada.
