La hermana Celia Inés Aparicio prestará declaración indagatoria este lunes por el delito de encubrimiento en la causa por los bolsos con nueve millones de dólares de José López. Sin embargo, ha salido a la luz otra fundación “fantasma” que la vincula con el ex obispo Rubén Di Monte. «Misioneras de Nuestra Señora de Fátima» fue constituida en 1999 como «servicios de organizaciones religiosas», pero no cuenta con registro de empleados ni movimientos. Sólo una propiedad de 1.816 metros cuadrados en Banfield, Lomas de Zamora –supuesta donación a Di Monte– y una cuenta bancaria en el Banco Nación. A pesar de cobrar una jubilación de poco más de cinco mil pesos, la religiosa tiene, además, cinco cuentas bancarias en cuatro bancos distintos. Al igual que en las de Di Monte y la madre Alba, entre ellas se encuentran el banco Macro y el Bisel. No es el único dato llamativo en torno a los moradores del convento. Según lo prueba documentación oficial del Arzobispado el monasterio de General Rodríguez fue, hasta hace unos años, una «asociación pública de fieles». Pero, bajo pedido escrito del ex obispo Rubén Di Monte, pasó a ser una asociación privada. La diferencia principal está en la administración de los bienes: la «asociación pública de fieles» necesita la aprobación de los estatutos por parte de la autoridad eclesiástica, quien también interviene en la decisión sobre el destino de los bienes, incluyendo «las ofrendas y limosnas recibidas». En cambio, en una «asociación privada de fieles», como pasó a ser el monasterio de Di Monte en 2011, el artículo 325 inciso 1 del Código Canónico indica que «administra libremente sus bienes, incluyendo la administración y gasto de los bienes que hayan recibido en donación o legado para causas pías».
Fundación vincula a la hermana Inés y al obispo Di Monte
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