Bajó 72 kilos sin hacer dieta
«Si alguien me hubiera dicho cuando tenía 25 años y pesaba 154 kilos que ser obeso sería lo mejor que hubiera podido ocurrir en la vida, me hubiera reído en su cara», explicó Joe Berstein, refiriéndose al infierno que para él significaba su excesivo peso y que nunca aceptó.
Había sido un niño gordo: a los 8 años comenzó una cadena de dietas que jamás dieron resultado, seguidas de desaliento. Pero el momento de la verdad llegó el el día que su mujer lo abandonó. «Fue lo mejor que me pudo ocurrir porque me obligó a reiventarme de cero; ser más sano, más consciente… Debía volver al mercado de nuevo», confesó.
Ni corto ni perezoso empezó un nuevo camino, motivado por sus ganas de gustar a las mujeres, claro, pero, sobre todo, por su deseo de gustarse y respetarse a sí mismo. «Me llevó 10 años perder 72 kilos, pero, curiosamente, la transformación más importante ocurrió en cuatro años, desde 2009 a 2013», cuenta.
Esto es lo que hizo para bajar 72 kilos:
1. Dejó de beber gaseosas azucaradas
«Fue el principio de mi viaje, porque por aquel entonces bebía más de 2000 calorías diariamente», dice Joe. En su lugar, eligió bebidas dietéticas y perdió casi 23 kilos en tres meses.
2. Se llevaba el tupper de casa
«Solía comer afuera o comprar el almuerzo, sin importarme el costo ni el impacto que tenía en mi salud», cuenta. Pronto se dio cuenta de que podía comer asombrosamente bien y barato simplemente dedicándole algo de tiempo.
3. Dijo adiós a un trabajo que consumía su día
«A no ser que trabajemos en casa o que podamos ir caminando a la oficina, la mayoría de nosotros invierte un par de horas mínimo en ir y volver del trabajo, que al final de la semana suponen 10 horas, es decir, unas 40 horas al cabo del mes. Puede que creas que es imposible, pero yo trabajé muy duro como vendedor para conseguir que me trasladasen a una tienda a minutos de casa y todo el tiempo que me ahorré en viajes lo dediqué a prepararme como ’coach’ personal», aclara Joe.
4. Aprendió a cocinar
«Muchos de nosotros tenemos sobrepeso porque comemos demasiados alimentos procesados y siempre afuera de casa, y, la verdad, es todo un reto perder peso si seguimos con este hábito», señala. Una de las primeras cosas que hizo fue empezar a ver programas de cocina saludable y tratar de emular las recetas que encontraba en internet.
5. Entendió el valor de la comida real
También la alimentación es una cuestión política y de conciencia global. ¿Sabemos la mayoría de las veces cuál es el origen de aquello que comemos? Cuando Joe Berstein se propuso perder peso quiso aprender cómo funcionaba el sistema de la comida industrial, además de ver documentales sobre el trato animal y la industria cárnica.
6. Adoptó un perro
Este es uno de los consejos más raros, pero quienes tienen mascota saben que funciona. Cuando se tiene un animal a cargo, hay que levantarse temprano y dar un largo paseo con él y esto cambia el metabolismo y la función cerebral.
7. Dio importancia a la calidad y no la cantidad
«Es mucho más que consumir comida etiquetada como ’orgánica’, consiste en comprar teniendo en cuenta la calidad y no el precio», señala el coach, y añade que tal vez pueda ser algo más caro, pero «cuando empiezas a cocinar más y comer menos, y compras menos comida procesada, notarás la diferencia en tu bolsillo».
8. Empezó a comer menos carne
De nuevo, priorizó la calidad sobre la cantidad. Disminuyó su consumo de carne y basó su dieta en verduras. «Si voy a un restaurante solo como carne si pueden decirme su procedencia», explica, y asegura que, aunque lo pueda parecer, no es esnobismo, sino un esfuerzo por ser más consciente sobre el origen de las proteínas que consume.
9. Se desmoronó
El abandono de su esposa supuso para el ’coach’ un punto de inflexión vital que lo ayudó a desear un cambio completo, casi como nacer de nuevo para abrirse al amor y ganar autoconfianza.
10. Transformó su mundo interior
«Este es el motivo por el que nunca volveré a ser obeso», admite. Su ruptura sentimental fue algo que lo obligó a despertar. Y concluye que: «Una vez que nos deshacemos de pensamientos y hábitos del pasado, podemos vernos a nosotros mismos con claridad».