El chofer Damián Pinelli es uno de los muertos de la tragedia de Mendoza. Dejó a una hija de 5 años y a su mujer embarazada del segundo hijo. Para el testigo Hugo Ganga, uno de los primeros que llegó para auxiliar, fue desgarrador ver cómo los sobrevivientes se asomaban por las ventanillas para increpar al segundo chofer, Jorge Pinelli, padre de Damián, quien se encontraba al lado del cuerpo de su hijo.
«Los pasajeros lo insultaban mientras él despedía a su hijo muerto», contó Ganga y recuerda la escena del hombre arrodillado junto al cuerpo del joven que conducía el micro en el momento del accidente y falleció tras el impacto. «Te queda grabada la imagen de la gente pidiendo ayuda, queriendo salir del colectivo por el parabrisas. Anoche no pude dormir», detalló Hugo.
«Tendría que haber más control y un test psicológico al que conduce. No puede hacer lo que se le da la gana», contó Nélida, quebrada, quien perdió a su nieta de 16 años. Recordó cómo la chica amaba la danza y vendía tortas fritas en su colegio secundario para poder pagarse el pasaje: «Hablamos antes de que se fuera y me dijo que me iba a traer un trofeo. Su pasión era bailar», dijo la abuela de uno de los nenes.
El día después, se conocen historias tremendas. El caso de Karina Gómez, una mamá que viajaba con sus dos hijos, una nena de 11 años y un varón de cuatro. Los chicos sobrevivieron, la mamá falleció. Marcela Alderete, otra mamá que acompañó al ballet, no puede quitarse de su mente, el momento en que la nena de Karina le decía que su mamá estaba muerta. Marcela y su hija Victoria, de 11 años, sufrieron heridas leves y esperaban anoche en el albergue municipal, donde sólo quedaban dos familias de las víctimas.
Marina Jara es una mamá que acompañó al viaje de baile a sus tres hijas: Camila, Delfina y Nicole Saucedo Jara. Las cuatro iban en el piso superior del colectivo. La mamá sufrió una fractura del tabique nasal y fue dada de alta para que pudiera cuidar a dos de sus hijas que estaban internadas en el hospital Schestakow. Juntas asumieron la peor de las pérdidas, Camila, una de las nenas, murió en el accidente.
«El avión Hércules de la Fuerzas Aérea llevó los 15 féretros y 14 familiares, entre ellos heridos y sobrevivientes del accidente», explicó Jorge Pizarro, de Defensa Civil local. El avión llegó a destino a las 22. Ayer por la tarde había arribado a San Rafael un micro con familiares de las víctimas que se dirigieron hacia el hospital Schestakow, donde se encuentran internados los 15 heridos, tres de ellos graves. El resto de los pasajeros del micro de la tragedia volverán entre hoy y mañana en vuelos de Aerolíneas Argentinas.
En el aeropuerto, algunos vecinos de San Rafael se acercaron a dar sus condolencias a las familias. Entre ellos, estuvo Omar Rivero, uno de los enfermeros que participó del rescate de los sobrevivientes. «Vine porque me conmueve, son chicos, esto es terrible», contó el hombre, que asistió a una nena, Melina Leyba (7), que había sufrido fractura expuesta de tobillo y está internada en el hospital pediátrico de la ciudad de Mendoza.