Un nuevo elemento pericial, que echa por tierra toda la hipótesis inicial sobre la muerte de Lucía Pérez, surgió en las últimas horas cuando el profesional forense encargado de analizar la prueba del expediente dio como probable causa la asfixia.
El informe realizado semanas atrás fue entregado esta mañana a la fiscal María Isabel Sánchez. En él, un perito de la Fiscalía de Cámara indica que la adolescente murió como consecuencia de una asfixia por sofocación. El informe parece descartar la sobredosis o el reflejo vaso vagal como causales de muerte, que eran las dos opciones que se habían manejado desde un principio.
“El perito estima como causal de muerte, en base a hallazgos de estudios complementarios y dado la ausencia de otro tipo de lesiones, podría deberse a una asfixia por sofocación en una persona que ha consumido cocaína y que pudiera estar disminuida su conciencia. No se considera factible una muerte por causas no violentas”, dice el informe.
Asimismo, a nivel de interpretación personal –lo remarca en el texto-, el perito indica que “las lesiones descriptas en la autopsia son compatibles con relación sexual forzada”. Por otra parte, si bien el informe hace referencia a la condición lesionologica anal, y dice que en casos de dilatación forzada es evidencia de dolor y de reflejo vagal, no la incluye entre las señales de relación sexual forzada, ya que solo referencia una esquimosis. De todos modos, insiste con el término “forzada”.
Lo que el escrito preliminar no mencionaría es el empalamiento –deberían existir lesiones internas-, algo que desde la fiscalía se describió inicialmente como indudable.
El sábado 8 de octubre del año último Lucía Pérez mantuvo un encuentro con Matías Farías en la casa de este último, en el barrio Alfar. El día anterior ambos se habían conocido durante una operación de venta de drogas de Farías a la menor.
Desde la mañana del sábado hasta pasado el mediodía dentro de la vivienda de la calle Racedo al 4800 hubo consumo de drogas y relaciones sexuales. Lo que no pudo establecerse hasta el momento es el grado de voluntad de la menor en ambas actividades, aunque este informe preliminar ya instala el “forzamiento”.
En horas de la tarde, pasadas las 14.30, Lucía Pérez fue llevada desvanecida hasta la sala sanitaria del barrio Playa Serena, donde se constató su fallecimiento.
Hasta allí la llevaron Farías, Offidani –en su camioneta- y Maciel. A este último se lo acusa de haber ayudado a lavar el cuerpo y vestirlo para mostrar una escena no violenta.
Para la fiscal Sánchez, la adolescente había fallecido como resultado de la violencia en las relaciones sexuales, e incluso dio por certificado el empalamiento. También que la habían obligado a drogarse para, de esa manera disminuida, abusar de ella.
Los peritos trabajaron desde el primer momento con el cuerpo de Lucía y vieron enormes complicaciones para hallar un causal de muerte. Dieron dos opciones: el paro cardíaco por consumo de drogas o por reflejo vaso vagal (derivado del dolor en las relaciones sexuales). En ambos casos lo dejaron supeditado a análisis posteriores que, si bien llegaron, no pudieron confirmar ni una ni la otra.
Por ese motivo es que se requirió una nueva instancia en la sede del Gabinete Forense de la Policía Científica en Lomas de Zamora, y fue acordada por las partes ante la necesidad, precisamente, de obtener un dictamen definitivo sobre lo que sucedió con Lucía Pérez.
El informe recibido, tal como se podía imaginar por lo complejo del caso, no solo no acreditó ninguna de las hipótesis iniciales sino que agregó una nueva.
Ahora es tiempo de la fiscalía de, con la prueba que existe –a menos que haya alguna impugnación al informe final-, redactar la elevación a juicio contra los tres imputados: Matías Farías, acusado de abuso sexual seguido de muerte en concurso con femicidio; Juan Pablo Offidani, partícipe necesario en primer grado, y Alejandro Maciel, por encubrimiento agravado.