El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, se reunió el lunes por la tarde con la conducción de la CGT tras la tensión por la marcha a Plaza de Mayo y en ese marco se acordó comenzar a trabajar en una agenda de temas laborales, en momentos en que se desinfla la posibilidad de un paro general. «No hay condiciones objetivas para eso, el empleo está creciendo, la inflación se viene desacelerando, y hay voluntad de diálogo con todos los actores de la economía», consideró Triaca al ser consultado por la posibilidad de que la CGT convoque a unasegunda huelga general contra la gestión de Muaricio Macri. Y agregó: «No sería oportuno, hay un clima de ir trabajo entre todos para generar consensos. El Gobierno busca sostener el poder adquisitivo y generar empelo». La reunión, que se realizó en la sede del sindicato de UPCN en el centro porteño, fue a pedido de Triaca, quien buscaba retomar el contacto con los dirigentes de la central obrera, luego de conversaciones informales en las que los propios referentes de la CGT le confiaron que no existe una voluntad mayoritaria dentro de la entidad de la calle Azopardo para convocar a un paro general. De esta forma, el Gobierno y la CGT acercaron posiciones y bajaron la tensión luego de la marcha del 22 de agosto pasado a la Plaza de Mayo, cuando el integrante del triunvirato Juan Carlos Schmid amenazara con la posibilidad de llamar a un paro en rechazo a las políticas de la Casa Rosada y Macri contestara que la movilización fue «una pérdida de tiempo» y lamentó que no tuvo en cuenta los resultados favorables que el Gobierno cosechó en las elecciones primarias celebradas 10 días antes. Al retirarse de la reunión con el jefe de la cartera laboral, Schmid evitó adelantar si el paro está en pie o quedó archivado y se limitó a decir que «la última palabra» sobre el tema «la tendrá el Confederal» de la central, que se reunirá el 25 de septiembre próximo. Lo cierto es que varios popes sindicales de peso específico dentro de la central ya adelantaron fuera de los micrófonos y grabadores que la posición mayoritaria es dejar de lado una huelga y retomar las negociaciones con la Casa Rosada, con lo cual los sectores más «combativos», como el moyanismo y la Corriente Federal que lidera el bancario Sergio Palazzo quedarían algo aislados. De la reunión con Triaca participaron los tres miembros de la conducción, Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña, y la mayoría de los representantes de los sectores dialoguistas de los gordos e independientes, como Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), mientras que hubo poca presencia del moyanismo. «Fue la primera reunión para intentar retomar el diálogo. Se buscará abordar una agenda de temas comunes y más adelante se formalizará una reunión en la sede de la cartera laboral», anticipó el jefe de la CATT y del sindicato de Dragado y Balizamiento sobre los próximos pasos que darán la CGT y el Gobierno. Por su parte, Daer sostuvo que volvieron a plantearle a Triaca la agenda de reclamos de la CGT, como «los problemas de sectores de la industria, de los jubilados, y la necesidad de que se terminen las intervenciones judiciales de los sindicatos y vuelvan a quedar en manos de los trabajadores». A su vez, el referente del gremio de Sanidad concedió que «es verdad que la inflación está bajando, es un dato de la realidad» y que, como dice el Gobierno, «puede haber una incipiente recuperación en algunos nichos de la economía» pero advirtió que con esos indicadores «aún no alcanza» para hablar de una mejoría generalizada. «Lo que hicimos fue conversar sobre lo que pasó recientemente y la necesidad de reencauzar el dialogo. Quizá la estrategia no tenga tanto que ver con realizar una medida de fuerza», planteó Daer al volver a minimizar la posibilidad de activar un paro. Más elocuente en ese sentido había sido Andrés Rodríguez, quien un día antes sostuvo en declaraciones radiales que «en el actual contexto, no es momento para hacer un paro».
La agenda del Gobierno y la CGT: blanqueo laboral y obras sociales
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