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Un contador público de 65 años de Cipolletti, Río Negro, que enviudó hace siete años y en julio último se había casado por segunda vez a través de una videoconferencia con una mujer colombiana, terminó abandonado y estafado por su nueva esposa tras vivir una situación que describió como “un calvario”.
Se trata de Abel Montesino, quien luego de más de un año de noviazgo por medio de internet contrajo matrimonio a la distancia con su novia, Margarita Ceballos, una docente de 52 años y radicada en la ciudad colombiana de Cali.
Montesino relató que luego del casamiento, viajó a Colombia donde legalizó su unión con Ceballos y luego ambos se embarcaron en un viaje romántico, que tuvo un final abrupto y triste para el cipoleño.
La mujer le robó dinero, lo estafó y lo dejó abandonado en un hotel de Bogotá con la excusa de que entre ellos «no había química».
«Cuando recién llegue a Bogotá había un mundo de gente esperándome, dada la repercusión del matrimonio. Después recorrimos varias ciudades de Colombia, pasamos 25 días maravillosos, que nunca me hicieron sospechar lo que me haría», indicó Abel.
«Es realmente muy lamentable y triste lo que me sucedió, me estafó aproximadamente 4.000 dólares y ésto sumado a pasajes y estadías me habré gastado en total 150 mil pesos argentinos», evaluó Montesino.
«Me tuve que volver. Ella me dejo en un hotel en medio de Bogotá sin conocer a nadie, llegué por Avianca al aeropuerto de Pereira a unos 50 kms de Armenia el 3 de agosto y me tuve que volver sacando un pasaje de urgencia en Aerolíneas Argentinas Bogota- Neuquén el 31 de ese mismo mes», explicó.
Montesino dijo que la mujer «reconoció haberme sacado ese dinero, pero por el momento estoy haciendo los trámites pertinentes con abogados de aquí y consultando abogados colombianos. Estoy dando todos sus datos para que de alguna forma la identifiquen y esta noticia recorra todo el país y en lo posible repercuta en Colombia y ojala no le pase esta situación a nadie más»,
Abel recordó que la relación comenzó en febrero del 2016, después de ponerse con Margarita, en contacto a través de una página de búsqueda de parejas. Unos meses después de conocerse, tomaron la decisión de casarse e iniciaron los trámites para dar el siguiente paso, favorecidos por el nuevo Código Civil, que en su artículo 422 autoriza la realización de un «matrimonio a distancia».
