El Juzgado Federal N°3 de Mar del Plata envió a juicio oral la investigación seguida contra un sargento primero del Ejército Argentino acusado de abusar sexualmente de una soldado voluntaria en el Grupo de Artillería Antiaérea (Gada) 601, en octubre del año pasado, tal como solicitó la fiscal Laura Mazzaferri.
El Juzgado Federal había dictado el procesamiento con prisión preventiva del imputado por abuso sexual agravado por mediar acceso carnal, resolución que fue confirmada por la Cámara Federal de Apelaciones el 27 de diciembre del año pasado. Luego, a pedido del Ministerio Público Fiscal se amplió la declaración indagatoria del acusado por el uso de un arma en el hecho, lo que resultó en el procesamiento también agravado por ese motivo. La resolución quedó firme, informan los colegas de la web 0223.
La fiscal federal solicitó la elevación a juicio el 13 de abril y el Juzgado así lo dispuso este 3 de mayo, sin que la defensa se oponga.
En su dictamen, la funcionaria resaltó que “frente a este tipo de hechos debe prevalecer el relato de la víctima”, por cuanto “los hechos de esta naturaleza suelen producirse en un ámbito de intimidad y fuera del alcance de testigos”.
También señaló que la declaración de la mujer fue “completa, detallada y mantenida en distintas ocasiones”, ya que lo hizo en la Comisaría, en sede administrativa -en el marco del sumario iniciado al sargento primero- y penal.
Entre los elementos de prueba, la Fiscalía consideró también un informe médico forense que observó un hematoma en la región paragenital, y otro psicológico que dio cuenta de la situación de angustia que atraviesa la víctima, “acorde a haber sufrido un trauma” y con síntomas como “nerviosismo constante, problemas para dormir y pesadillas y episodios de ansiedad”.
«Sentate ahí, es una orden»
El delito fue cometido por el sargento primero el 5 de octubre del año pasado, entre las 14 y las 15, dentro de la Gada, ubicada en el km 11,5 de la Ruta Provincial N°11.
Al ser relevada, la soldado voluntaria pasó a la habitación del acusado, tomaron mate y charlaron cerca de media hora. En ese contexto fue que el acusado extrajo su arma reglamentaria y la dejó sobre la mesa. Al momento de confirmar el procesamiento, la Cámara Federal reparó en la relación de poder o autoridad preexistente, como así también de compañerismo, e indicó que el imputado “procuró el momento oportuno para violentar la voluntad de la víctima –con mandatos tales como ‘Sentate ahí, es una orden’-, usando su fuerza física –la arrojó a la cama, la inmovilizó, le tapó la boca, le quitó sus prendas de vestir- y forzarla para lograr su cometido”.
La investigación penal comenzó al día siguiente del hecho, con la denuncia interpuesta por la damnificada ante la Comisaría de la Mujer local.