El pediatra Abel Albino desató la polémica al cuestionar que el uso del preservativo evita el contagio del VIH-Sida. El fundador de Cooperadoras de la Nutrición Infantil (CONIN) sostuvo que el profiláctico «no es una protección absoluta ni lo será jamás».
«El virus del SIDA atraviesa la porcelana, es 500 veces más chico que el espermatozoide. Entonces el profiláctico no sirve absolutamente, porque falla en el 30%, en el embarazo… imagínense lo que puede pasar con el SIDA. Uno no está absolutamente cubierto», argumentó el doctor.
¿Qué dice la ciencia sobre los dichos de Albino?
El infectólogo y científico de la Sociedad Latinomaricana de Infectología, Roberto Debbag, (MN60253) quien negó que el virus del SIDA sea capaz de traspasar las paredes de un preservativo.
«El virus del HIV no traspasa la porcelana, tampoco los nuevos materiales que se utilizaron en la última década para la elaboración de preservativos como el látex o los componentes de poliuretano», aseveró el infectólogo en TN.
«La manera en la que se expresó el doctor Albino mezcla dos situaciones. Una es que el virus puede traspasar la porcelana, cosa que no es así y hay evidencia científica que lo respalda. Ahora, dice que el preservativo no es 100 por ciento eficaz y tiene razón siempre y cuando no se utilice de forma adecuada y constante», puntualizó el especialista.
El experto apuntó que es muy difícil poder estudiar la efectividad exacta de los preservativos, pero las mediciones de cientos de estudios realizados en el mundo demuestran que la eficacia global de la utilización constante de los mismos es del 80%. «Pero posiblemente en la vida real sea mayor siempre y cuando los condones sean usados en forma constante y adecuada», especificó Debbag.
Asimismo, precisó que usarlo de forma constante y adecuada hace referencia a ponérselo siempre, en cada acto sexual desde el comienzo y en cualquier tipo de acto sea vaginal, oral o anal. «En ese caso la protección que brinda es altísima», afirmó.
Esto se sustenta en el hecho que los estudios realizados en parejas serodiscordantes (en las que uno de los miembros tiene virus del VIH y otro no) concluyen que hay una altísima eficacia en la no transmisión siempre y cuando la utilización sea constante y adecuada. «Toda la evidencia científica habla de una baja eficacia solamente cuando no se usa adecuadamente o cuando hay ruptura durante el acto sexual -esto último ocurre entre el 0,5 y el 6 por ciento de los casos-. Y se sabe que las personas que han tenido accidente de ruptura de preservativo tienen luego menos probabilidades de ruptura», expuso Debbag.